Crítica de Espías
Espías es una película seria que hace una cosa muy sana y es reírse de sí misma…
Una muy amena, sorprendente y que cumple perfectamente con las expectativas.
Hay películas que, a simple vista, podemos pensar que no nos reservan ninguna sorpresa. Pero hay otras que, de vez en cuando, resulta que nos impactan precisamente porque superan nuestras expectativas.
A mí me ha sucedido con Espías, una cinta que en principio daba la impresión de ser una comedia gamberra más. Pero no es nada de eso. Tiene dosis de gamberrismo, muchas. Pero Espías es una película seria que hace una cosa muy sana y es reírse de sí misma, consiguiendo que el espectador se lo pase divinamente y quede totalmente justificado el dinero de la entrada. No descarto verla varias veces más, acompañado de amigos, porque ese es el mejor modo de disfrutar de esta película, repleta de buenos actores que han querido divertirse haciendo algo diferente a lo que están acostumbrados y además, dirigidos por alguien con experiencia en este estilo de films, Paul Feige.
Como protagonista, repite aquí su actriz fetiche, Melissa Mcarthy, que de nuevo demuestra sus grandes dotes para la comedia, con un humor negro y unos toques de macarra que arrancarán alguna que otra risa. Interpreta aquí a Susan Cooper, una administrativa de la CIA que hace las veces de secretaria y ayudante de Bradley Fine (Jud Law), quien por cierto lo hace muy bien interpretando a un agente de campo al estilo James Bond, posiblemente con este papel Law quiera llamar la atención de los productores de 007 para que cuenten con él de cara al rumoreado abandono de Daniel Craig en un futuro cercano.
Por mi parte, no le descartaría como futuro Bond, aunque hay que barajar otras opciones desde luego; el caso es que Bradley muere en una misión, y Susan, que no es agente de campo, se ofrece voluntaria para averiguar quien ha matado a su jefe y amigo, desencadenando así una aventura que la llevará por diferentes países en una auténtica odisea de las películas de espías tradicionales.
Aunque, sin duda, hay alguien que brilla con luz propia en esta película, y ese es Jason Statham. Estamos acostumbrados a verle de tipo duro en pelis como los Mercenarios, pero en este film demuestra que no solo es capaz de repartir mamporros, sino que detrás de esa fachada de héroe de acción hay un gran actor versátil capaz de hacer otros papeles.
De hecho, siempre le recuerdo de su etapa con Guy Ritchie en Snatch o Lock y Stock. Aquí, Statham es el agente Ford, un veterano de la Cia, que está de vuelta de todo, y diría que con un poco de stress postraumático, causándole una locura sensacional que ha logrado que me ría bastante, de hecho, hacía mucho tiempo que no me reía tanto en el cine.
Crítica de Espías.