Puntuación:
Negación se presenta como una propuesta cuyo principal mérito, más allá de las excelentes interpretaciones y la caracterización técnica y artística general, es sin duda hacer de un juicio típicamente formal, lento y tedioso, un inteligente y absorbente drama con visos de thriller.
Inspirada en el libro «La negación del Holocausto», Mick Jackson ha decidido llevar al cine esta historia con guión de David Hare.
Corrían los años 90 cuando Deborah E. Lipstadt, una historiadora norteamericana -de Atlanta- especializada en el Holocausto, acusaba a un grupo de historiadores y periodistas de negacionistas, deshonestos y demás en su libro «La negación del Holocausto«. Por ello, sería denunciada por el reconocido historiador británico David Irving, un famoso admirador de Hitler y abiertamente simpatizante de sus ideas, quien se querellaría contra ella por difamación en 1996.
Inspirado por tal episodio, el director británico Mick Jackson (El Guardaespaldas) ha decidido llevar a la gran pantalla la historia mediante un guion adaptado de David Hare, tomando como punto de referencia un posterior libro de Lipstadt en el que la escritora relataría todo el proceso judicial, tortuoso y polémico de principio a fin.
Y es que la demandada, encarnada por una inmejorable Rachel Weisz, se propusó derrotar a Irving –Tom Wilkinson en un trabajo no menos acertado- y los negacionistas de Inglaterra únicamente con expertos en el ámbito académico y burócratas de la ley, sin llamar a declarar siquiera a un sólo superviviente de la Shoah, una decisión que desde luego no vendría de ella.
Negación –Denial en inglés-, estrenada en el Reino Unido el 2016 y nominada a la categoría de Mejor film británico en los Premios Bafta, llega ahora a nuestras salas en forma de sugestivo y atrayente drama judicial con ‘background’ nazi.
Crítica de Negación (Denial)
Esta película parte sin duda de una sinopsis no-ficticia de lo más atractiva; la apertura a revisión de uno de los episodios más macabros de la historia de la humanidad, de la mano de un fanático/lunático de la talla de David Irving – además de peligrosamente inteligente- no tenía otro destino que el de ser señalado y menospreciado por alguien idealista, sensible e implicado con la memoria histórica y la dignidad de las víctimas, Deborah E. Lipstadt.
Pero son justamente estas características de la ‘redentora’ las que jugarán en su contra en el momento de ganar el juicio por el que se le acusa. En el filme se ven perfectamente representadas estas fuerzas y tensiones expresivas y estratégicas por las que el juicio no resultará desarrollarse como a Lipstadt le hubiera gustado. Asesorada por sus prestigiosos abogados, la historiadora tendrá que contenerse y no abrir la boca ni tomar una sola decisión en todo el proceso, lo que le provocará más de un conflicto personal.
El sistema judicial británico y su intrincada balanza de la justicia, que puede decantarse o no a tu favor por una infinitud de factores -opinión pública, dialéctica y retórica, creatividad ofensiva, etc.- más que por la objetividad de los hechos reales, harán que Lipstadt se vea forzada a ceder toda su palabra al bufete que le lleva el caso, tomando éstos todas y cada una de las decisiones estratégicas que marcarán el ritmo y los giros de guion de la película, entre las cuales la más polémica de todas: no hacer intervenir a ningún superviviente del doloroso Holocausto.
Negación se presenta como una propuesta cuyo principal mérito, más allá de las excelentes interpretaciones y la caracterización técnica y artística general, es sin duda hacer de un juicio típicamente formal, lento y tedioso, un inteligente y absorbente drama con visos de thriller.
Crítica de Raimon López.