Si tiempo atrás todo parecía indicar que El Hobbit, precursor de la trilogía de El Señor de los Anillos, no se rodaría porque la familia no quería ofertar sus derechos, ahora, después de varias noticias que parecían indicar lo contrario, todo vuelve al estado inicial.
¿Por qué? diréis. Pues porque los herederos del escritor, junto a la casa editorial HarperCollins, han interpuesto una demanda contra New Line por el impago de la parte correspondiente de los beneficios de la primera trilogía. Según ellos, Tolkien Trust, una fundación benéfica, debería haber percibido un porcentaje de los 6000 millones de dólares recaudados hasta la fecha, cosa que según parece, no ha sucedido. Así nos lo cuentan en Coming Soon.
Los herederos exigen una compensación de 150 millones de dólares y se reservan la posibilidad de cancelar cualquier cesión de derechos, incluida la de El Hobbit, con New Line.
Si esto no se resuelve pronto, la noticia de que Guillermo del Toro dirigiría esta adaptación puede ser un “pudo ser y no fué” más en la carrera del director mexicano, que tiene muchos proyectos aparcados por diversos motivos, y que ve como muchas veces se frustran las posibilidades de sacar adelante películas en las que lleva tiempo trabajando o historias que lleva años queriendo adaptar.