El británico Mike Leigh refrescó ayer la Berlinale con Happy-Go-Lucky , un elogio a la felicidad por mucho que las criaturas felices puedan enervar al resto del mundo, en una jornada compartida con el documental Standard operating procedure , sobre las torturas a presos iraquíes en Abu Ghraib. «El mundo no es maravilloso, por eso es importante responder con optimismo al negativismo de la vida», afirmó Leigh sobre el mundo que retrata en su comedia, construida sobre una joven londinense empeñada en ser feliz incluso cuando le roban la bicicleta.
Poppy, interpretado por Sally Hawins, es esa muchacha inmune a la amargura que viste como vive, en colorines. El reverso de la moneda es Scott, un profesor de autoescuela.
Fuente| diarodecordoba.com