Una película que narra la historia del más famoso forajido del oeste americano, el carismático e impredecible pistolero Jesse James (Brad Pitt), un bandolero sudista hijo de un predicador, tiene que ser más entretenida, no podemos confundir la personalidad y el refinado estilo con el aburrimiento.
Una trama en la que Jesse planea su próximo gran robo, declara la guerra a sus enemigos, quienes intentan hacerse con la recompensa -y la gloria- que implicaría su captura. Pero la amenaza más importante a su vida puede que venga de aquellos en quienes más confia. No puede ser tan aburrida, con la calidad de los actores no basta para lograr que el espectador disfrute de todos los minutos del metraje, que yo creo es el objetivo prioritario de cualquier filme, sobre todo cuando duran bastante más de 2 horas.
No es necesario para que un filme cobre importancia que se alarge más de lo necesario, esto provoca que los momentos espectaculares, que los hay, y las secuencias épicas con sabor a western del bueno se diluyan como un azucarillo en una empresa sobrecontextualizada en la que las grandes interpretaciones pierden la razón de ser.
La banda sonora y la fotografía no salvan una producción con todos los ingredientes para hacernos disfrutar del cine que solo consigue que continuamente miremos el reloj para preguntarnos cuando llega a su fin, aunque tenga momentos que nos gusten y sea quizás, la mejor interpretación de Brad Pitt.
Se espera más de esta megaproducción con alardes de estrella, con impresionante reparto, pero que en la dirección y en un guión inconsistente pierde todo el fuelle.
Tiene ingredientes para verla, sobretodo si te gusta Brad y Casey Affleck (Que está genial), lo que no soy capaz de valorar es si eso es suficiente.
6 sobre 10
Rafael Calderón Luna