Gracia (Rosa Maria Sardá), una mujer de más de setenta años, viviendo sola en el barrio de Gracia de Barcelona, tiene la soledad todo el día presente y por ello ha acabado siendo una persona con un humor poco llevadero para ella y para el resto de la gente que tiene alrededor. Pero la vida le da una nueva oportunidad y acoge a David en su casa, un joven estudiantes de veinte años, a cambio de hacerle compañía y estar pendiente de ella.
Ventura Pons nos ofrece una sencilla comedia con drama incluido, no podía faltar en sus películas. Nos muestra unos personajes que parecen totalmente opuestos: una mujer con un carácter agrio y un joven que se quiere comerse el mundo, dos polos opuestos. Una ya ha perdido toda la ilusión por cualquier cambio en su vida, la prefiere monótona, y él todo lo contrario, ha necesitado salir de su pueblo hacia una gran ciudad como Barcelona, para encontrar algo mejor, y conocerse a sí mismo un poco más. Con mucha vitalidad el chico conoce a gente que le hará madurar y recapacitar por lo que quiere conseguir.
El toque de amor no puede faltar, algo fundamental para que el eje de la vida continúe. David conoce a una compañera en la universidad que le hará soñar con unas sensaciones y emociones fundamentales para que la ilusión de un adolescente transcurra con normalidad y fuerza. Pero todo está acompañado de darse cuenta que todo lo que pensaba conseguir con su huida hacia la gran ciudad no es tan fácil como él pensaba. Aparecen los problemas familiares, universitarios, monetarios y de convivencia con Gracia, que desde luego no le hará su estancia nada agradable.
Finalmente todo se arregla con ver que ambos tienen necesidad de ayuda, cada uno por diversas causas, y que como todo en esta vida se entienden que la diferencia de edad para temas de convivencia y comprensión no es tan importante, se pueden llevar a la perfección. Eso sí, siempre alguien tiene que dar el primer paso y poner más de su parte. ¿Cuál de ellos será?.
Una Rosa María Sardá (que ya ha trabajado con el director en repetidas ocasiones) genial con su toque de humor irónico sarcástico, que nunca sabes si reír o llorar por lo que está diciendo, porque no entiendes si va en broma o en serio, simplemente es ella y al final le pillas el puntillo como siempre. Oriol Plá se defiende muy bien sobre todo en los primeros planos y en las secuencias hablando directamente a cámara, y eso que es su primera película. Resaltar también las actuaciones de Santi Millán, otro habitual del director, y Amparo Moreno, actriz secundaria de gran calidad, ambos dos ayudan mucho en la película a los dos protagonistas a llenar sus respectivos papeles.
Estamos ante una comedia menor, lo cual no quiere decir que la película sea mala, ni mucho menos sino que es simplemente algo cotidiano tratado con un toque de humor. La simpleza con lo que son tratados los temas los hace más cercanos al espectador y que se involucre con los personajes emocional y emotivamente.
Según el director estaba ya harto de oír tantas noticias malas, y buscó algo positivo para esta sociedad, pero teniendo en cuenta que para encontrar lo que se busca, hoy en día, hay que ganárselo nadie regala nada. La vida está difícil y hay que luchar por ella. Ha querido montar una fábula dentro de una posible realidad.
Un claro homenaje al barrio de Gracia de Barcelona, que se puede hacer extensivo a cualquier barrio de cualquier ciudad. Lleno de vida, por todo lo que ha ocurrido en él y todo lo que le queda por vivir, con una historia que se traspasa en generaciones y que acogerá a las que vengan, con intensidad y con fuerza, con la amistad de esos vecinos de toda la vida. Con la confianza de parecer que vives en familia, que conoces a la gente que tienes alrededor y que de alguna manera te hace sentir seguro en el mundo hostil y de desconfianzas que hoy día vivimos.
Chicos este mes de marzo a apoyar el cine español que tiene bastantes estrenos interesantes…