Con bastante tiempo de retraso llega a nuestra cartelera de cine “La soledad de los números primos” la adaptación de la novela homónima de Paolo Giordano que ha sido llevada a la gran pantalla por el joven director italiano Saverio Constanzo, y que desde el miércoles 27 ya está disponible en nuestros cines.
Resulta raro comprobar que se estrene en nuestro país tres años después de la producción de la película, habiendo tenido en el 2010 tres nominaciones a los Premios David de Donatello: mejor director, actriz y fotografía. Lo que también me ha parecido sorprendente es ver que en el listado de películas en cartelera es la única cinta italiana que en estos momentos tenemos.
La verdad que el cine italiano no se prodiga mucho en nuestro país lo anterior que hemos tenido ha sido “Volver a nacer”, que no ha durado mucho, y que Altafilms apostó por ella lo mismo que hace ahora con la que nos ocupa este artículo. Podríamos pensar que esto es debido a dos cosas, a que no hay demasiado cine italiano en producción últimamente, cosa que dudo, o que las distribuidoras prefieren apostar por aquellas que piensen que darán más rentabilidad, tal y como anda el panorama de la comercialización cinematográfica y las taquillas.
Mattia (Luca Marinelli , un niño muy inteligente, estudió en el colegio que entre los números primos (aquellos que sólo son divisibles por si mismos o por la unidad) existen algunos muy especiales, los que se llaman números primeros gemelos según los matemáticos, aquellos que están casi juntos y que entre ellos se interponen un número par. La vida de Mattia y Alice (Alba Rohrwacher) era así, eran como primos, solitarios y juntos, pero tan distantes que nunca se tocaban, aunque en momentos lo deseasen. La historia recorre sus vidas desde la infancia hasta la edad adulta, evocando la soledad de sus vidas.
Saber nada más comenzar el desarrollo de las primeras imágenes que algo dramático hay de trasfondo en la película y que la tragedia se masca en todo momento con una música envolvente que te capta desde el inicio. Unas primeras imágenes impactantes que nos reflejan a uno de los personajes principales, viendo ya desde ahí que el sufrimiento se ve enfocado en su rostro.
Enfocar en «La Soledad de los números primos» una historia de amor casi desde la parte autista del sentimiento es difícil de hacer, y sobre todo de entenderla, de poder expresarla y dura de asimilar. Porque desde fuera no se sabe muy bien si esas personas se necesitan o van en la vida como por pura inercia, como entes vacios de emociones y aunque la sensibilidad en ellos se nota a flor de piel, nunca sabes cuando la chispa va a saltar para que se expresen, para que se abran libremente para contar lo que sienten, lo padecido, lo que desean, pero ojo que esto último son incapaces de hacerlo.
Cuando uno mira el género que trata la película y ve, drama y discapacidad uno siempre se va por la parte física, y aquí efectivamente lo hay, pero hay mucha más discapacidad emocional, que además hará que la tensión sea cada vez más elevada, y que el espectador se vea inmerso en los sufrimientos de los dos protagonistas y de todos los que le rodean.
El dolor que los protagonistas de «La Soledad de los números primos» sienten, no es sólo por su presente si no que su pasado les ha marcado para siempre, haciéndoles refugiarse en su interior sin exteriorizar, sin poder comunicarse. El director ha unido el pasado y el presente con constantes flashback, que son como flores que se deshojan pétalo a pétalo, y cada uno cuenta una parte de su vida, de su pasado y lo que le ha marcado, los dos protagonistas tienen una carga dramática fuerte y que desahogan al mismo tiempo, esas dos historias que se cuentan cruzadas emocionarán al espectador. Además hace que uno esté atento a la trama para saber de dónde viene todo, porque el guión hace que te interese saber el porqué de los comportamientos.
“La soledad de los números primos” es una película fuerte, desgarradora que mi primera descripción para ella fue de “tétrica” por la tristeza que emanaba de la historia, pero que cuenta con una verdad, que no todo el mundo es feliz ni consigue apenas serlo un instante en su vida aunque lo intente y que sonreír a veces es difícil, la vida no es fácil dependiendo de lo que haya acontecido en el pasado.
La interpretaciones de los dos protagonistas son excelentes, pero no sólo los que se representan en edad adulta si no los actores que hacen de sus dos etapas anteriores, cada personajes está representado por tres actores en edad infantil, juvenil y adulto. El director Saverio Constanzo se ha preocupado bastante de buscar a actores que según avanzando en edad se parecieran y lo ha conseguido, el parecido es muy bueno sobre todo en el personajes de Mattia.
Crítica de cine. «La Soledad de los números Primos».
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