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Lo que el día debe a la noche. Senderos para el corazón

Este viernes 2 de agosto llega a nuestras carteleras de cine otra propuesta francesa “Lo que el día debe a la noche” siendo ésta una adaptación de la novela homónima de la escritora Yasmina Khadra, realizada por el director francés Alexandre Arcady.

Younes (Fu’ad Ait Aattou) tiene 9 años y vive humildemente en su casa familiar, pero un buen día su padre se arruina y por ello deben de tomar otro rumbo en sus vidas, abandonar sus raíces e irse a Oran en busca de un futuro mejor, pero incierto, allí vive su tío que siempre les podrá echar una mano para abrirse camino, aunque la relación con su padre no sea del todo buena.

Al poco tiempo de llegar la familia ve que la cosa no mejora, no hay trabajo y finalmente la única solución para que Younes pueda tener un futuro es irse a vivir con su tío Mohhamed y su mujer Madeleine y así poder darle una educación escolar y prosperar.

Crítica de "Lo que el día debe a la noche".

A partir de entonces su nombre será Jonas y vivirá en una familia acomodada que le aportará una estabilidad económica y con el tiempo emocional. Con ellos descubrirá su primer amor, Emilie, con quién se reencontrará años después puesto que su actual familia también tendrá que abandonar su ciudad, Oran, por las ideas políticas de su tío y se irán a vivir a Rio Salado un lugar tranquilo donde el pasado no les marcará, o eso parece. Allí hará amigos, de esos que uno piensa que durarán toda la vida, pero el amor y la guerra de la Independencia del país harán que todo cambie.

Cuando se pasa una novela a la gran pantalla, siempre decimos que la versión cinematográfica suele ser más floja y que pierde personalidad, en el caso de “Lo que el día debe a la noche” es todo lo contrario, las emociones se intensifican, y de hecho la película tiene una tonalidad mucha más poética que la novela y que por ello embelesará al espectador.

Eso sí, creo que esta cinta dará mucho que hablar, o la amarás o la odiarás por la intensidad amorosa de trasfondo que tiene, pero hay mucho más detrás de la poesía contenida y extendida en imágenes; es una historia personal e interior del alma humana cuando se tiene que decantar entre el amor y la amistad, cuando ambas se encuentran en esa encrucijada de tener algo positivo pero siempre habrá algo que perder.

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Marcan las raíces, las historias personales, el pasado que no se fue y marcó profundamente al protagonista porque anhela a su familia, aunque ahora su posición social sea otra, pero la perdería por esos referentes paternos y maternos que tanto le dieron y sacaron adelante en sus primeros años, regalándole una personalidad especial, escondido en sí mismo sin dejarse conocer, y teniendo miedo de conocer a los demás.

“Lo que el día debe a la noche” trata la integridad humana, la verdad, el respeto, el compañerismo, la lealtad como sentimiento y actitud en la vida, sin medias verdades sin tópicos y desde el corazón, porque la trama de amor se envuelve en una atmosfera cálida de familia y amistad, dónde cada personaje tiene una función particular y dónde cada uno sacará lo mejor y lo peor del protagonista Jonas, entorno a quién giraba las más de dos horas largas de cinta.

A mí personalmente los 159 minutos de duración se me pasaron volando, pues la historia me enganchó con sus idas y venidas y teniendo que unir el pasado, presente y futuro de un muchacho lleno de ilusiones en una vida marcada por las huídas y por un gran silencio en su rostro.

En el guión se muestra una cultura la francesa que piensa más en lo material y lo valora más; teniendo por el contrario a los argelinos valorando mucho más la felicidad, esa que les aporta su tierra aunque sea de piedra y no de producción, pero nunca piensan en lo monetario simplemente para sobrevivir, algo digno de admirar en los tiempos que corren. Lo que ambas culturas tienen en común es la pasión y el orgullo, aquí centrado mucho en el amor, y que por tanto también les puede enfrentar.

Aunque es verdad que el director Alexandre Arcady ha sabido extraer lo mejor de la obra literaria y ponerle la ficción suficiente de su parte para que enganche al espectador, también hay tramos casi calcados al milímetro de la novela de Yasmina Khadra que se reconocen en la cinta como son:

«Si quieres convertir tu vida en eslabón de eternidad y permanecer lúcido hasta en el corazón del delirio, ama… Ama con todas tus fuerzas, ama como si no supieras hacer otra cosa, ama hasta encelar a príncipes y dioses… pues sólo en el amor la fealdad embellece».

«Quién deja pasar de largo la más bella historia de su vida no tendrá otra edad que la de sus pesares y no habrá suspiro en el mundo capaz de mecerle el alma».

Pero aunque pensemos tras estos párrafos que nos vamos a enfrentar una cinta de tintes rosas, no es así, porque la personalidad del país, de las guerras existentes y latentes dará otra tonalidad al ambiente pero nunca dejando de lado, una visión con conjunto, unos amigos que lucharon y amaron hasta el final.

«Lo que el día debe a la noche» refleja bastante la diferencia de culturas, y los enfrentamientos entre ellas, pero una se apoya en la otro, y viceversa con lo cual se deben algo, como lo que el hijo debe al padre, lo que un amigo al contrario, y esto es lo que marca el título, lo que el día debe a la noche, porque lo opuesto, lo más distante al final puede ser lo más cercano.

Una Crítica de cine de Susana Peral.

Acerca de Susana Peral

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