Pudimos acudir al preestreno de Menudo Fenómeno, gracias a nuestros amigos de Sensacine, una película que ya ha sido estrenada en nuestro país; la cual tiene como protagonista a Vince Vaughn (Los becarios) y a Cobie Smulders (Cómo conocí a vuestra madre). El director es el canadiense Ken Scott, que realiza en Hollywood el remake de su propia película estrenada en 2011, titulada Starbuck.
La historia cuenta cómo David Wozniak (Vaughn) descubre que tiene 533 hijos y que 142 de ellos quieren conocerle. Esto se debe a que la clínica de fertilidad usó con todas sus pacientes las más de 600 donaciones de esperma que realizó el protagonista hace más de 20 años con el apodo de Starbuck.
Tras esta premisa tan interesante, en ¡Menudo fenómeno! se esconde un remake innecesario que se centra en la figura de su protagonista, interpretado por un Vince Vaughn en horas bajas que ha dejado muy lejos sus mejores comedias gamberras y que deambula buscando un producto donde lucirse en solitario. Vaughn nunca ha sido un buen actor, y nunca ha tenido mucha gracia; pero siempre ha sabido dar la réplica cuando ha tenido a su lado actores más dotados para la comedia, como son los casos en los que ha trabajado con Owen Wilson (De boda en boda) y Ben Stiller (Cuestión de pelotas), o incluso Will Ferrell (Aquellas juergas universitarias). Ninguna es una gran película, pero todas conseguían arrancarte grandes carcajadas.
Pero éste no es el caso de ¡Menudo fenómeno!, una comedia que intenta coquetear con el drama, y que acaba encallando tanto cuando se intenta poner seria como cuando pretende ser divertida. El mayor problema reside en la elección del reparto, donde el único que aporta algo de luz es Chris Pratt (Guardianes de la galaxia), interpretando a un padre que no puede controlar a sus hijos, y que decide llevar el juicio en el que su amigo lucha por conservar su anonimato frente a las peticiones de paternidad de sus hijos. Sin embargo, tanto Vaughn y su perpetua cara de poker, como Cobie Smulders, que realiza una actuación tan vacía y falta de chispa que recuerda a las “mujeres-florero” que siempre aparecen en las película de Adam Sandler; ayudan muy poco a empatizar con el espectador, que no acaba de identificarse con ambos protagonistas.
Realmente, la película naufraga en su intento de querer conectar al protagonista con todos sus hijos, reflejando algunos momentos que ni por asomo pueden perpetrar una conectividad tal como se pretende en la cinta. La original idea hubiese funcionado mejor como serie de televisión, donde el protagonista conociese cada capítulo a uno de sus hijos, dando así campo a mejorar su relación con ellos; y, de paso, ayudar a desarrollar unos personajes demasiado planos.
Pero aún con todas sus taras, la película consigue mantener el ritmo en la mayor parte de sus tramos, arrancando alguna risa y más de una mueca. Todo ello insuficiente para ser considerada una buena comedia, y menos aún para justificar una entrada para aquéllos que verdaderamente quieren amortizar su entrada con muchas risas.
En resumen, ¡Menudo fenómeno! empieza bien pero cae en picado en su tramo medio, remontando ligeramente en su final. Falla totalmente su protagonista, que ni tiene gracia ni trasmite sentimiento o empatía alguna en el espectador. Definitivamente, nos encontramos ante un vehículo de lucimiento propio del Sr. Vaughn que no sabe aprovechar.
Lo peor: Contemplar la caída libre en la calidad y comicidad de las películas protagonizadas por Vince Vaughn, el cual fue en otra época bandera de la comedia más gamberra y divertida.
Lo mejor: Chris Pratt, que se luce en su papel de padre angustiado, que desea hacerse valer ante sus hijos, mujer y madre.
Nota: 3,75
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Una Crítica de Cine de Eduardo Quintana.
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