Sylvester Stallone se cansa de sus compañeros del frente de juventudes y se busca nuevos y jóvenes aliados para esta misión.
En Los Mercenarios 3 nuestras veteranas estrellas de los 80 vuelven a reunirse para un nuevo encargo. Siguiendo la línea de las anteriores películas, mucha acción y reunir a gran número de reconocidas estrellas del cine de las últimas décadas. Barney Ross (Stallone), sigue a la cabeza de los mercenarios, sus fieles compañeros, pero un giro inesperado en su última misión le hace pensar que es hora de jubilar a sus muchachos.
Uno de los puntos fuertes de Los Mercenarios 3, a mi parecer, es el esperado regreso del actor Wesley Snipes (el actor cumplía pena de 3 años de cárcel por evasión fiscal) y ha vuelto con las pilas cargadas para demostrarnos que sigue estando en plena forma.
A pesar de no ser una película con gran argumento, ya se sabe este tipo de cine el trasfondo que tiene, entretiene y hace que la película se haga amena y salgas del cine con ganas de más, breves escenas que ralentizan el hilo del historia, con diálogos efímeros que desconectan al espectador de la película pero no por mucho tiempo.
Por supuesto ingredientes imprescindibles de la saga, armas, acción, violencia, tacos y alarde de testosterona hasta por parte de la única actriz femenina del film, Ronda Rousey (Fast & Furious 7), que por mucho que la enfunden un vestidito ajustado, parece pegar más fuerte que el mismísimo Schwarzenegger.
El toque de humor en Los Mercenarios 3 lo pone nuestro Antonio Banderas; no sé si sentirme halagada o ofendida sobre la visión que tienen los yanquis de los españoles, muestran una imagen ligona, charlatana y cansina del macho ibérico español, lo que sería más propio del asno de la película de Sherk.
En definitiva, Los Mercenarios 3 es una película de acción, entretenida que se deja ver en el cine o mejor en casa y un nuevo alarde de egocentrismo de Stallone que vuelve a acaparar casi todos los planos.