La película está repleta de acción, adrenalina, emociones fuertes, chicas guapas, cochazos, persecuciones y buenas dosis de mamporros.
Crítica de Fast & Furious 7 (A todo gas 7).
Dominic Toretto ha regresado dispuesto a arrasar con la taquilla. Espero desde luego que lo consiga, porque esta séptima entrega (sí, ya vamos por la séptima aventura de esta saga) está repleta de acción, mucha adrenalina, emociones fuertes, chicas guapas, cochazos, persecuciones y buenas dosis de mamporros. Ingredientes mágicos para una grandiosa tarde de entretenimiento.
Esto es lo que nos depara esta película. Pienso que, además, gustará no solo a los fans, sino también a aquellos que busquen pasarlo muy bien en el cine, y además, en familia. Porque esta saga de cintas ya se ha convertido en productos perfectamente familiares. De hecho, Toretto siempre nos lo recuerda, ellos son una Familia, y no hay nada más importante que eso.
Y es que, si hay una entrega de la saga que vaya precisamente de esto de la Familia, es este nuevo film. Varios meses después de lo que vimos en la anterior entrega, nuestros personajes se encuentran viviendo una nueva vida a la que no se terminan de adaptar, pues echan de menos la acción. Ya se ocupará Deckard Shaw de que se vean obligados a retomar las armas. Deckard, interpretado por Jason Statham, es el hermano mayor de Owen, el mercenario ex militar al que se enfrentaron Toretto y Brian O’Conner en la sexta película. Deckard observa a su hermano lisiado y le promete acabar sus asuntos pendientes, iniciando así una escalada de violencia que no da ningún tipo de respiro a los protagonistas, llevándose consigo la vida de uno de ellos.
El título de esta critica está buscado con toda la intención, porque en esta nueva película, lo que encontramos es ante todo un gran homenaje al fallecido Paul Walker. Se han apartado momentáneamente algunos de los personajes principales como el agente Hobbs (Dwayne Johnson) o el de Elena (Elsa Pataky) para que la cámara se centre mucho más en Toretto y Brian. Para resaltar la relación de ambos, pues como bien dice Dom: “Siempre serás mi Hermano”. Se tuvo que reconstruir casi toda la película, cambiando numerosas cosas para que así pudiésemos decirle adiós a Paul Walker. Como decía anteriormente, aparte de todos los ingredientes habituales enumerados, en esta cinta encontraremos un tierno recuerdo, un homenaje hecho con cariño que incluso puede llevar a alguna pequeña lágrima.
No creo que la aventura finalice aquí, pero seguramente pasará un tiempo hasta que volvamos a reunirnos para echar una nueva carrera. Mientras tanto, invito a todos a que se unan a este puro espectáculo lleno de emociones.