Crítica de El Cuento de los Cuentos
2015: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
2015: Festival de Sevilla: Sección oficial a concurso
Un mundo imaginario mezcla entre lo medieval y lo barroco, con una puesta en escena llena de secretos y sorpresas.
Recuerdo aquellas fotografías y películas de los circos aquellos que traían criaturas curiosas y deformes, personajes que habían sido desechados por la sociedad para ir a parar a esos espacios donde la gente corriente, entre comillas, los miraban como fieras en el zoo para reírse de ellos, la mujer barbuda, el hombre lobo lleno de pelo por todo el cuerpo y la cara, personas deformes etc, pues todo ese clima que encerraban los circos antiguos recuerda El Cuento de los Cuentos, esta película con cierto aire romántico.
Fascinación por adentrarnos en un mundo imaginario mezcla entre lo medieval y lo barroco, con una puesta en escena llena de secretos y sorpresas estudiadas al milímetro, de las que muchas de ellas se escapan al ojo del espectador por su gran abundancia en detalles. Personajes diversos todos de una gran riqueza, escenas sorprendentes de un hermoso surrealismo, con historias originales de una singularidad exigua basada en las fábulas de Giambattista Basile.
La fotografía de la mano de Peter Suschitzkyes es de una belleza tangible, cada plano, cada fotograma es un cuadro policromado de tintes lúgubres, verdaderos lienzos llenos de expresividad. Cada historia es independiente y tiene fuerza y personalidad por sí sola, este echo deja al espectador a merced de las tramas, trasportándole a un viaje mágico adentrándole a ese mundo imaginario con una sublime y talentosa banda sonora de la mano de Alexandre Desplat que consigue crear una atmosfera sublime.
El cuento de los cuentos habla de tres reinos, con sus princesas, castillos, ogros y animales inmundos. Una reina obsesionada con tener descendientes a cualquier precio, un Rey que no quiere casar a su única hija porque nadie le parece que esté a la altura y por último un Rey que está obsesionado con todas las mujeres de su reino para yacer con ellas.
La originalidad de estos cuentos que nos trae el italiano Matteo Garrone director de películas que nada tienen que ver con este género de cine fantástico como en sus anteriores trabajos nos mostró; Gomorra o Reality. Garrone cambia de registro demostrando su capacidad camaleónica en el trabajo consiguiendo un digno por no decir un notable talento para ello, dándole sentido al bien llamado séptimo arte.
No desmerecen las imágenes dantescas que fluyen por el filme llenas de impacto, a veces de manera cómica y otras muchas de un elevado grado de dramatismo. El largometraje es más admirable por lo rocambolesco de sus personajes que por el guión propiamente dicho, estos embaucan e hipnotizan por su aspecto vulnerable y miserable que no estamos acostumbrados ya que estos no son precisamente los cuentos de finales felices que nos ofrece el mundo Disney.
El cuento de los cuentos está lleno de sobresaltos y de desdicha, una interpretación calamitosa que recuerda a Alicia en el país de las maravillas en versión violenta y cruel, que puede presumir de ser absolutamente magnética, primorosa, con garra y mucha personalidad, lástima que esté en inglés, le hubiera encajado más una versión en italiano. El vestuario goza de una gran exuberancia y numerosos contrastes que van de la opulencia y distinción a la mezquindad roída y harapienta.
El reparto es de prestigio consolidado John C. Reilley, Salma Hayek y Vincent Cassel que sin hacer un derroche interpretativo si son capaces de llegar al espectador con su talento. Lo más parecido a estar en un sueño, sin temor a equivocarme puede llegar a ser una gran experiencia colectiva.