De Mario Diament. Versión española: David Serrano. Dirigida por Claudio Tolcachir en las Naves del Español: Sala Max Aub, del 21 abril al 5 junio.
Con Alicia Borrachero, Tristán Ulloa, Abdelafit Hwidar, Juan Calot, Malena Gutiérrez y Hamid Krim.
Tierra de Fuego está inspirada en una historia real, relata la historia de una ex azafata israelí, que fue víctima de un atentado siendo herida y perdiendo a su mejor amiga que se iba a casar. 23 años después ella quiere encontrarse con el terrorista de los hechos, detenido en el lugar de los actos, Londres, y condenado a cadena perpetua.
El guion y la realidad plasmada, esconde el difícil reto de escuchar las historias del contrario, del llamado enemigo, para poder llegar a conversar e incluso debatir. De ahí nacería la posibilidad de la paz y la convivencia pacífica entre pueblos enfrentados en el tiempo y por la sinrazón. Una obra que expone las causas y las consecuencias de la violencia extrema política militar, para llegar a un final en la lucha de armas por medio de la palabra y consenso.
Tierra de fuego es una representación donde reina la intranquilidad en ciertos personajes, la frialdad en algunos, y la tensión en todos. Diálogos que buscan la concordia, el perdón o el comprender los hechos acontecidos desde distintas vertientes, y como no, poder llegar a pensar que existen los cambios y además son necesarios.
Tierra de Fuego tiene en sí, la busca de la tolerancia en todos los actos incomprensibles e irracionales de la vida, pero sobre todo hay que quedarse con una frase que muestra mucho que lo encierra todo el contexto de la obra: “La violencia no arregla nada, es solo responder a una injusticia con otra injusticia”.
La puesta en escena, aunque sobria, y con los seis actores al unísono, cambia de personajes y escenarios con unos simples cambios de ubicación de mobiliario y los toques de luces oportunos, creando unas ventanas de haces que nos indican en que momento y quienes son en ese instante los que están dando el resto en la representación.
Aunque por momentos pueda parecer que los actores pudieran estar estáticos, es meramente forma de interpretar (enfatizando la tensión), porque aquí el texto, las palabras puede a la interpretación y se impone a lo visual, ya que el trasfondo en contundente por el mismo.
La garra de Tristán Ulloa se deja notar en escena, y cuando su voz se eleva, hay que reconocer que los sentimientos florecen mucho más. La complicidad con Alicia Borrachero es la gran aliada para que ambos personajes sean totalmente creíbles y para que el conjunto llegue al espectador.
Tierra de fuego es una obra de emociones enfrentadas, de reflexiones constantes y de la búsqueda de la concordia dentro del conflicto del Medio Oriente, pudiéndose extrapolar a otros ambientes radicales.