El director Pan Nalin ya demostró su gran sensibilidad en Samsara, película que lamentablemente pasó de puntillas por nuestras carteleras.
Ahí se centró en la espiritualidad del hombre buscando la libertad de pensamiento dentro de la religión, y ahora afronta el reto de abordar la libertad de la mujer centrado en la India en 7 diosas.
Frieda es una fotógrafa con mucho éxito y ha decidido juntar a sus amigas días antes de su boda, aunque ellas no saben que es por ese motivo. Ahora todas ellas juntas, pasarán unos días en la tranquila playa de Goa. Ellas forman un singular grupo de mujeres modernas en la cultura india, cada una en un ámbito muy diferente a las otras, pero con una causa común la libertad de expresión y ahora en esa casa la tendrán, incluso cuando Frieda desvele con quien se casa.
Estructura fílmica digna de alabar, de menos a más con temple, con la complejidad de romper la barrera entre lo cultural y la reivindicación que se proyecta a través de las siete protagonistas, donde se exponen muchos tabúes contrapuestos con los anhelos de libertad de género.
7 diosas no es una película feminista, si no de la búsqueda de la libertad de la mujer con todo lo que ello implica, es un grito, callado durante mucho tiempo, escondido en cada interior por logar una igualdad. Incide también en la educación, en aspectos familiares y en el amor como condición humana indispensable pero sin poner muros a ello.
Las siete mujeres representan muchos ámbitos profesionales y personales, escondiendo sus verdades con gran pulcritud, todo ello por miedo en ciertos momentos a la exposición total de lo que esconden sus corazones. Las protagonistas no están fuera de riesgo de una cierta negatividad y por momentos de su clasicismo cultural, que tanto cuesta de arrancar de la mente que fue impuesta desde antes de nacer.
De esta manera, mostrando la imperfección de cada una, de sus errores nacen el diálogo y la forma en que se puede solucionar. El guion desarrolla la vulnerabilidad de cada una y lo que reflejan en los demás, volcando las inquietudes en actos.
Peca formalmente en su final, en un acabo demasiado rápido y con un puntito exagerado, pero si no lo sacamos de contexto demasiado, llegaríamos a la conclusión que esta ficción por momentos puede no estar tan lejos de la realidad.
Todo lo que cuenta se puede extrapolar a cualquier cultura y país por muy desarrollado que se crea o esté el mismo. Podemos pensar que las comparaciones son odias, llegando a la conclusión que ni todo es blanco ni tan negro.
A veces juzgamos a la ligera un título en sí, sin indagar lo que hay detrás, el significado que tiene y lo que esconden sus palabras. Pan Nalin es un experto en ello, en Samsara jugaba con el número 3: tres años, tres meses y tres días estaban de fondo, y su significado se enmarca en el destino o camino de vida, firmando así el sello de la película con la espiritualidad.
Aquí en 7 diosas, nos podemos encontrar con el fiel reflejo del número del título: intelecto, idealismo y la represión, argumentos que están muy marcados en los personajes y en el fondo de la historia. Pero los números también tienen una parte negativa, en el siete destacan silencio, sarcasmo y tendencia al aislamiento, aspectos que en cierta forma tienes las 7 diosas reflejadas en esa reunión de cara.