Puntuación:
Adaptación de una novela homónima de Stephen King donde los terrores infantiles más reales se imponen sobre los sustos más efectistas.
La versión televisiva de It, la novela de Stephen King llevada a la pequeña pantalla por Tommy Lee Wallace, se convirtió en un pequeño clásico para muchos adolescentes que leían al escritor a principios de los noventa y visitaban los desaparecidos videoclubs, donde esta producción de la Warner Bros. se convirtió en un verdadero éxito. Vista hoy, la miniserie de dos capítulos sigue teniendo cierto encanto, aunque no ha soportado demasiado bien el paso del tiempo.
Quedan para el recuerdo el estupendo trabajo de Tim Curry, en el papel del payaso asesino encargado de asustar y matar a los niños de un pueblo de Maine; las interpretaciones de los actores infantiles que encarnaban a los chavales que se enfrentaban al monstruo y algún momento logrado de terror puro. Sin embargo, aquella versión adolecía de una dirección demasiado impersonal y plana, un reparto adulto irregular, unos ridículos efectos especiales y una trama repleta de flashbacks que interrumpían la acción continuamente.
CRITICA DE IT
El argentino Andrés Muschietti se ha atrevido a adaptar de nuevo el libro de King. Con ayuda de sus guionistas, el cineasta se ha centrado en la historia de ese grupo de niños que se enfrenta al payaso asesino, dejando para una secuela sus aventuras adultas; ha eliminado las excesivas vueltas atrás en el tiempo y ha cambiado la época en la que transcurre la acción: si las correrías de los chicos en la novela tenían lugar en los últimos años cincuenta, la película ha optado por ambientarlas en los postreros años ochenta. El largometraje se emparenta de esta manera con otras historias sobre pandillas de chavales que tienen lugar en esa idolatrada década, como Los Goonies, Una pandilla alucinante, Super 8 o la serie Stranger Things.
El resultado es una película más elaborada visualmente que su precedente catódico y mucho más amena narrativamente que, sin embargo, tampoco alcanza la excelencia. Muschietti sabe perfectamente cómo crear momentos de terror, pero en ocasiones abusa del efectismo y tiende a acumularlos en detrimento de las tramas dramáticas de los chavales. Quizá lo que más sorprende de una película de terror como It sea la fuerza que tienen las historias de esos chicos aterrorizados por la muerte, la enfermedad o el maltrato de sus progenitores. Los problemas terrenales de los críos producen casi más escalofríos que la ominosa criatura, la representación de sus miedos. A este respecto, cabe señalar la poca relevancia que alcanza el payaso Pennywise en esta versión. La interpretación de Bill Skarsgård no supera tampoco el excelente trabajo de Tim Curry en la miniserie televisiva.
No obstante, a pesar de sus debilidades, It es un filme de terror elegante y bien interpretado que demuestra una cierta sensibilidad a la hora de abordar las amenazas muy reales a las que se enfrentan los menores protagonistas. Muschietti vuelve a dejar patente, como ya puso de manifiesto en Mamá, su primer largometraje, su talento para tratar los traumas infantiles. Como ocurriera también en aquel debut, su tendencia al susto fácil resta valor a su obra.
Una Crítica de Julio Vallejo Herán.