Puntuación:
Aburrida y efectista película de casa encantada que desaprovecha la presencia de la veterana actriz Helen Mirren.
Gran parte de los largometrajes de terror se basan en sustos. La utilización de una determinada música o un efecto de sonido vinculados a una imagen impactante suele ser la receta habitual de los productos más convencionales del género. En definitiva, muchos de estos largometrajes no pasan de ser el equivalente cinematográfico de los populares trenes de la bruja.
El principal problema reside si ni siquiera sirven de mero pasatiempo, como es el caso de Winchester. La casa que construyeron los espíritus.
Los hermanos Peter y Michael Spierig, directores del filme y responsables de Saw VIII, se basan en la leyenda que acarrea la fastuosa mansión de la viuda de uno de los más famosos fabricantes de armas de la Historia, que según las malas lenguas estaba poblada de espíritus de aquellos que murieron por el uso de la famosa marca de rifles. Sin embargo, a pesar de las posibilidades del argumento, su largometraje no funciona ni como mero pasatiempo.
La fraternal de cineastas son incapaces de crear una atmósfera enrarecida que emparente el filme con las mejores muestras del terror gótico. Ni siquiera se saca un mínimo partido de la laberíntica casa que da título al filme. Tampoco logran ir más allá de lograr un par de sustos efectivos y su reflexión sobre la peligrosidad de las armas de fuego no pasa de ser de lo más obvia. Por otra parte, el drama de los personajes, atormentados por la culpa, es un mero adorno con el que decorar una trama demasiado previsible.
No obstante, quizá lo más grave sea desaprovechar a una actriz del calibre de Helen Mirren, que encarna a la propietaria de la mansión y viuda del fabricante de armas. La veterana estrella británica resulta risible en algunos momentos, especialmente en aquellos que se encuentra poseída por las particulares almas en pena. Ni siquiera el habitualmente eficaz Jason Clarke, en el papel del médico que tiene que evaluar la salud mental de la anciana, convence.
El resultado es una película aburrida y de aspecto televisivo que está muy lejos de otras cintas que pretende evocar, como La mujer de negro, La mansión de los horrores o La mansión encantada.