Puntuación:
Apagada mezcla de thriller y terror que nunca consigue crear la tensión y la angustia que pretende.
Los tratos y acuerdos con el Diablo han sido abordados en numerosas ocasiones por la literatura y el cine. En la mayoría de las ocasiones, los intereses que se cobra el Maligno acaban siendo demasiado altos. El principal ejemplo lo tenemos en Fausto, inmortal obra de Johann Wolfgang von Goethe, que ha sido llevada a la gran pantalla por directores del prestigio de F.W. Murnau, Jan Švankmajer o Aleksandr Sokúrov.
No obstante, dejando las adaptaciones de la famosa creación del escritor alemán, el séptimo arte ha tratado las complejas relaciones entre Satán y los humanos en filmes tan distintos como Pactar con el diablo o La semilla del diablo.
El pacto viene a sumarse a este subgénero, aunque se encuentre lejos de los mejores títulos que han tratado los siempre complicados arreglos entre el Diablo y los mortales. La película sigue los pasos de una madre que firmará un acuerdo con un misterioso individuo demoniaco para salvar a su hija de la muerte. Sin embargo, el precio que pagará será demasiado alto.
David Victori, director de prestigiosos cortos como La culpa o Zero, dirige una apagada mezcla de thriller, melodrama familiar y terror que nunca logra inquietar lo que debiera. El largometraje sigue los pasos de la agobiada progenitora sin crear ningún tipo de tensión y ayudándose en exceso de giros demasiado tramposos. Todo es aburridamente plano, a pesar de una fotografía que se pretende tenebrosa y propia de una pesadilla, y nada de lo que ofrece resulta verdaderamente perturbador. Incluso el impostado final parece ideado para no inquietar demasiado al público habitual de las multisalas y los fans de la actriz Belén Rueda.
La protagonista de El orfanato y Los ojos de Julia se esfuerza por otorgar angustia a esa madre agobiada, pero no consigue que la cinta alce el vuelo y provoque algo más que el tedio. No le ayuda una horrible peluca que denota demasiado su naturaleza de horrible postizo y acaba convirtiéndose en involuntaria protagonista. Por otro lado, la joven Mireia Oriol parece perdida en su papel de hija acosada por las fuerzas diabólicas. Solamente Dario Grandinetti sorprende con su sobria interpretación de un policía con más de un as en la manga.