Puntuación:
El peral salvaje que dura 188 minutos siendo de esas películas que te atrapan por su contenido, por su ritmo que te absorbe y te introduce en ese ambiente de realidad, golpeando con sutilidad e incluso por momentos poesía narrada y contado los sentimientos escondidos en cada personaje.
Nuri Bilge Ceylan es un asiduo del Festival de Cannes con su anterior trabajo Winter Sleep consiguió la Palma de Oro y Premio FIPRESCI y con Érase una vez en Anatolia el Gran Premio del Jurado (Ex aequo), no siendo las únicas películas en ese festival, como en otros muchos, ya que Tres monos y Los climas también consiguieron galardón en la edición que se presentaron.
Por lo que es un director que posee una solvencia, además de regalarnos trabajos con gran poso cinematográfico, destacando la naturalidad, la sencillez, pero al mismo tiempo la contundencia de grandes guiones pasados a imágenes y ante todo, bien contados. Ahora reaparece en nuestras carteleras con El peral salvaje, un drama familiar, que aborda muchos más géneros.
Sinan es un adolescente que acaba de terminar sus estudios, cuando vuelve a casas de sus padres quiere cumplir un sueño, ser escritor y publicar su primera novela. Ahora con la madurez tendrá que ver cómo sacar adelante su proyecto, sin dejar de lado sus responsabilidades familiares ante las deudas de su padre, profesor de su pueblo.
El director Nuri Bilge Ceylan es todo un artista buscando en el fondo de las personalidades, en lo más profundo y oscuro de cada uno de los protagonistas, pero al mismo tiempo extrae la humanidad de ellos, encontrando de esta manera, encauzar la cinta en el calado emocional mucho más allá del puro drama.
Por momentos la cinta navega entre el thriller y el drama, entre una realidad que agolpa al personaje principal, de querer ser alguien, de buscar su identidad, pero no queriéndose ver reflejado en lo que tiene delante.
El guion vira constantemente por afrontar la juventud y los anhelos frente a la vida de unos padres, siendo complicado no caer en lo fácil, es fiel a la forma visual y narrativa de los juicios y prejuicios que van apareciendo poco a poco, destacando y dejando fluir esas falsas apariencias que hacen desconfiar al ser humano de todo lo que le rodea.
El peral salvaje que dura 188 minutos acaban siendo de esas películas que te atrapan por su contenido, por su ritmo que te absorbe y te introduce en ese ambiente de realidad, golpeando con sutilidad e incluso por momentos destilando poesía narrada y contando con imágenes los sentimientos escondidos en cada personaje.
Destila sobriedad en las imágenes sin exagerar, por momentos hace de la contención una de grandes armas de transmisión visual y en diálogos, captando cada uno de los gestos de los actores, que trasmiten con sosiego todo lo que tienen dentro.
El director utiliza un forma pausada de transmitir como si de una investigación emocional se tratase, la relación paterno filial mucho más que la maternal e incluso la de familia, al ir desgranando con serenidad todo lo que nos quiere contar, sin utilizar grandes armas, mucho más allá de la palabra y de lo posee cada personaje en su interior.