Nuestros más sinceros agradecimientos a la Productora Fox que nos ha brindado la oportunidad de asistir a un espectacular pase de ‘Los descendientes’, la última película dirigida por Alexander Payne, basada en la novela de Kaui Hart Hemmings y galardonada en los últimos Globos de Oro como mejor película dramática y mejor actor (George Clooney). Anteriormente ya había ganado otros premios en estas y otras categorías y está nominada en los Bafta y no dudamos que en los Oscar.
Matt King ( George Clooney), abogado de gran reputación en Hawai, de repente se encuentra con una situación a la que no está habituado: cuidar de su mujer en coma, con la cual lleva tiempo casi sin hablarse y hacerse cargo de sus hijas de 10 y 17 años.
La pequeña, Scottie (Amara Miller), que la última vez que se ocupó de ella tenía 3 años , con problemas en el colegio, y la mayor, Alex (Shailene Woodley), en un colegio interno con problemas de alcohol, de los cuales el padre no tenía ni idea y sin tener relación con su madre, por una discusión que el padre no sabe y que va a ser el detonante de los reproches de Matt hacia su mujer en coma.
Además de esta situación tiene que tomar la determinación de vender unas tierras que han servido de sustento a toda su familia desde su tatarabuela y él es responsable de la decisión final al tener plenos poderes sobre ellas. Y como toda la historia está hilada, el accidente de su mujer y sus consecuencias repercutirán en el desenlace de la venta.
Guión perfectamente elaborado introduciendo cada acto y personaje en el momento adecuado; realizando así un engranaje casi perfecto, exceptuando algunos tramos con una lentitud que se puede apreciar exagerada, pero que finalmente se entiende que ese ritmo pausado de la película es totalmente necesario para conocer y desmenuzar todos los recovecos y vicisitudes emocionales que se muestran, imprescindible para mostrar todas esas emociones de dolor, rabia e impotencia que poco a poco fluyen y al mismo tiempo se mueren dentro del protagonista. Una película con una gran carga emocional contenida dentro de todos los personajes.
Los tonos de las conversaciones son muy cambiantes dependiendo de a quien se dirija cada personaje, pero he de decir que las conversaciones son intensas y en momentos muy irónicas.
La gran belleza de los paisajes que aparecen contrastan notablemente con la complicada situación familiar que se cuenta y por esta misma diferencia ambas se realzan más, la belleza y la tristeza, la nostalgia de lo perdido y lo que pudo haber sido y nunca será.
A parte del guión, la película tiene otras cosas muy importantes a resaltar como son la fotografía y la magistral interpretación de George Clooney.
El director de fotografía es Phedon Papamichael, que ya trabajó con el director en su anterior película ‘Entre copas’ y también en el próximo trabajo como director y actor de George Clooney (‘Los Idus de Marzo’). Su trabajo es increíble, cómo va marcando los colores, sus contrastes con las luces, cómo se acerca a los paisajes cambiando la tonalidad de los mismos, y todo ello con un brillo diferente en cada escena, dependiendo si es más o menos intensa.
El papel protagonista de Matt King para George Clooney ha sido una revelación en toda su etapa como actor, con un personaje con una vida cotidiana, con los pies en el suelo, vistiendo esas camisas hawaianas y esa mirada penetrante que se pierde en el horizonte cuando los problemas se le acumulan. No utiliza en ningún momento poses forzadas, es como si en él todo fuera natural, una interpretación increíble, para mi gusto la mejor de su carrera. También hay que reconocer que la actriz Shailene Woodley es un apoyo imprescindible para él en la película.
Crítica de Susana Peral Herranz
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