El Argencine 2013 nos sigue deparando grandes películas. Esta es la crítica de «De martes a martes».
Ayer tuvimos el placer de disfrutar de una ópera prima, «De martes a martes», del director Gustavo Fernández Triviño, quién además nos presentó su trabajo. Nos contó cómo ha sido su trayectoria cinematográfica detrás de las cámaras y su ilusión por este su primer largometraje, trasmitía una gran satisfacción con el trabajo realizado y es verdad que se nota en pantalla.
Juan tiene una vida rutinaria, primero al gimnasio a realizar musculación, después a su fábrica dónde es pisoteado por su jefe, quién le roba parte de su sueldo escudándose en pequeños retrasos justificados pero que para él no lo son tanto. Para que su familia pueda llegar a fin de mes y además cumplir su sueño que no es otro que poner un gimnasio, no le queda más remedio que hacer horas extras en su trabajo y además hacer de portero de fiestas algunas noches.
Cada día a la vuelta del trabajo pasa por una tienda para comprar algo a su niña, la empleada le conoce, pero no cruzan palabra ya que Juan es una persona encerrada en sí mismo y poco hablador. Un buen día esa chica es víctima de una violación y él por casualidad será testigo de ello; eso hará que ponga en jaque su moralidad con los actos venideros.
Un planteamiento abierto de la doble moral, del bien y el mal, de la conciencia humana y del sacar provecho de situaciones incómodas de la vida, son el talón de Aquiles de este guión sencillo pero atrayente. Todo muy bien planteado en «De martes a martes», con un personaje hostil, donde la rudeza es su característica habitual y es incapaz de trasmitir ningún tipo de sentimiento ni para bien ni para mal.
Posiblemente sus actos son consecuencia de lo que a él le vienen haciendo años atrás en su vida cotidiana y dónde nadie saca la cara por él. Su rostro se muestra impasible en todo momento, no varía, pero sí que genera incertidumbre, porque sus actos si van evolucionando.
El director deja abierto al espectador el juzgar o no los hechos que Juan ejerce para poder sacar adelante su sueño, posiblemente no fuera el mejor pero fue el único que vio capaz y además en cierta manera le vino de cara.
El actor, Pablo Pinto, como bien nos contó el director, es amateur siendo su primera película, no encontraba ningún actor profesional con esas características, y desde luego no es algo que se note en pantalla. Como tampoco se nota que ha contado con un presupuesto mínimo, pues la calidad de la fotografía es excelente.
Este recomendable film se repite en Argencine 2013 el jueves 10 a las 19:30 y el lunes 14 a las 19:00 en Casa América.
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