Analizamos uno de los estrenos de cine de esta semana, Pacto de silencio, un thriller de los de antes protagonizado por Robert Redford.
En sus últimos trabajos detrás de la cámara Robert Redford ha demostrado que le gusta el drama, y sobre todo lo que rodea a la política, y en éste su última película como director y protagonista Pacto de Silencio lo reivindica aún más si cabe enmarcando el escenario dentro del género de thriller. El guión de Lem Dobbs está basado en la novela de Neil Gordon The Company You Keep.
Jim Grant (Robert Redford), en la actualidad lleva una vida normal con su hija y su trabajo de abogado, pero aunque lo quiera evitar no puede eludir que su pasado, treinta años atrás, de militante político en Weather Underground salga a la luz. Los hechos suceden cuando una compañera activista se entrega y a partir de ese acto, una investigación del Fbi y de un periodista local Ben Shepard (Shia LaBeouf) que descubre la vinculación que existía entre ambos.
Jim decide huir en busca de una ayuda para salvaguardar su verdad, ya que su persecución por parte de la justicia según él es errónea, y solo hay una persona que puede verificar esos hechos. El pasado vuelve a su presente más de lo que él quisiera.
Cuando uno comienza a visualizar Pacto de silencio y se presenta este grupo activista no se comprende muy bien el porqué de esa búsqueda de estas personas, pero el desarrollo de la cinta poco a poco nos irá desvelando los entresijos de una organización que luchaba por unos ideales y que finalmente se vieron envueltos en una madeja difícil de deshacer.
El guión abre un debate sobre la moralidad sobre si es capaz uno de convivir con su pasado, sabiendo que hay algo en él que le marcará para siempre guardando un silencio por unos hechos, más bien delitos cometidos, que nunca se sabe si será definitivo el silencio o en algún momento algún detonante hará estallar.
Pacto de Silencio que es el título no parece que haga mucho honor en muchos momentos a lo que ocurre, porque aunque efectivamente eso ha ocurrido durante treinta años, una sola declaración hará que todo se desmorone, y entre los antiguos camaradas solo se vean rencillas y pequeñas heridas que no cerraron del todo, pero que finalmente cicatrizan.
La verdad en muchos casos pensamos que es algo sobrevalorado, aquí adquiere una relevancia particular, porque será lo único que hace que salgan a flote todos los sentimientos, tanto los pasados como los presentes. Porque por mucho que un pasado marque el seguir adelante siempre se verá con otra perspectiva, aquí las nuevas vidas o las presentes cobran un valor importante en cada uno de los personajes que estaban inmiscuidos en esa militancia política que les marcó para bien o para mal.
La ética profesional queda perfectamente reflejada en el papel del periodista, el investiga, busca, pero aunque incide y acaba metiendo el dedo en la llaga, sacando una verdad que ni siquiera la policía ha sabido desvelar, pero se llevarán los méritos hará que se replantee su trabajo si sacar a la luz pública ciertos hechos personales de los protagonistas en verdad vale la pena, un debate interno que tiene este personaje al descubrir el fondo de la cuestión del protagonista.
La dirección y el guión dejan un cierto regusto a cine clásico que casi siempre está presente en los trabajos detrás de la cámara de Robert Redford, pero aún así hay algo que falla en trascurso de la película y es la lentitud de la narración que posiblemente todo se podría haber comprimido en menos metraje con un poco más de vitalidad, pero puede que de esta manera le de la sensatez y frialdad que el asunto requiere.
Aún así cuesta meterse en la historia, porque en muchas ocasiones las pistas te desorientan. Lo mejor de Pacto de silencio es el plantel de actor que se han elegido, todos la mayoría ya con una carrera extensa y con gran calidad en cuanto a actuación se refiere, todos le dan el color esperado a sus personajes, sobre todo con un Richard Jenkins, Susan Sarandon, Sam Elliot y Nick Nolte con papeles pequeños pero aportando mucho al film.
El personaje de Robert Redford es el principal pero a mí personalmente me ha parecido una interpretación muy lineal que contrarresta con la vitalidad y ganas aportadas con la actuación de Shia LaBeouf.
Una Crítica de cine de Susana Peral.
No hay comentarios
Pingback: Bitacoras.com