La semana pasada llegó a la cartelera de cine el remake de Old boy, la cinta japonesa de Park Chan-wook, que ahora llega de la mano de Spike Lee.
Old Boy el manga de Nobuaki Minegishi y, que en Japón en su año de edición 1997 fue todo un éxito, ha sido llevada en dos ocasiones a la gran pantalla la primera por el director Park Chan-wook en el 2003 dentro de una trilogía y la segunda, y por tanto un remake, la que nos ocupará este artículo, por el americano Spike Lee.
No os voy a comparar las dos versiones, ya que no he visto la primera, pero después de visionar la versión de Spike Lee, viendo la temática y conociendo lo incisivo que puede llegar a ser Park Chan-wook no dudo que la primera entrega debió ser fuerte y contundente.
En Old boy Joe Douchett (Josh Brolin) es un ejecutivo publicitario que no está pasando por su mejor momento ni profesional ni personal. Joe es un hombre arrogante y que le planta cara a cualquiera pero la vida le da un revés cuando un buen día se encuentra secuestrado en una habitación sin poder comunicarse con nadie, y una televisión que le informa que su mujer ha sido asesinada y él es el principal culpable, encontrándose en paradero desconocido.
De esta forma van pasando los días inmerso en un estado de shock y totalmente ido y bebiendo el alcohol que le dan. En ese televisor que es el único que le habla, encuentra noticias que le hacen reaccionar, su hija es adoptada por una familia y ahora es feliz, es el tiempo de ponerse en forma e intentar escapar, algo que no logro, pero pasados veinte años de cautiverio comiendo la misma comida y vistiendo igual se encuentra en libertad y deseo de buscar justificación a su prisión e intentar recuperar a su hija además de lavar su imagen.
La venganza aquí parece que es algo que rodea al guión de Old boy en todo momento, justificando este acto con cada explicación que se encuentra a cada paso según pasando los minutos, porque después de una pelea, de un tomarse la justicia por su mano viene el porqué de esos actos junto con las consecutivas consecuencias pues nada queda libre todo va hilado y encadenado para no acabar con el problema de origen.
Old boy para mi gusto está divida en cuatro partes, la primera es la presentación de su personaje y su vida actual, con sus complicaciones laborales y familiares, mostrándole como alguien desapegado y egoísta. La segunda es su secuestro y el paso que tiene de esos diez años y sus distintas etapas en el mismo. La tercera es esa supuesta liberación que no es otra cosa, que el camino abierto de bruces para encontrar la razón de cautiverio. Y la cuarta parte de Old boy es la consecuencia de conocer la verdad de su venganza en la tercera etapa y posiblemente una de las partes más fuerte y perversa a la vez que maquiavélica que se muestra en el protagonista como pago a sus acciones.
Desde luego después de visionar Old boy, podemos pensar que la perversidad no tiene límites a la hora de configurar un guión, ya sabemos que aquí en cierta forma es el reflejo del manga en el que está basado, pero en este caso me alegra no leer aquello de “basados en hechos reales”.
Lo que si que tengo claro, es que si algo queda patente en el argumento es que la venganza es un plato que se sirve frío.
Además observamos cómo en Old boy se enfoca el poder que da el dinero, y como puede ser posible la venganza meditada con pulcritud y tiempo. Porque el personaje que creerá ser el vengador finalmente es el vengado porque los actos de la vida, según se trasmite aquí se pagan. Además sorprendería conocer que las organizaciones que aparecen en la película existen, pero aunque nos sea difícil de entender lo más ruin del ser humano puede llegar a ser verdadero.
El guión es súper meticuloso a la hora de enlazar cada paso sobre todo en lo que respecta a la parte del secuestro, es muy incisivo en los planos y en la degeneración del personaje, que impresiona. Después se recrea en exceso para mi gusto, eso sí, en las escenas violentas pero ya sabemos que todo este cine conlleva esa parte amarga que no nos gusta ver, siendo desagradable a la vista, aunque uno reconozca que todo cinematográficamente es perfecto. Desde luego esto me lleva a pensar que si este remake se me hizo duro, como será la original.
En el reparto de Old boy nos encontramos con dos tipos duros como son Josh Brolin, Samuel L. Jackson, que dan perfectamente la talla con su papel, sobre todo el camaleónico Samuel L. Jackson que sorprende con esos cambios de looks, que no es la primera vez que le vemos, pero que en cierta forma le dan personalidad. En contraposición a la dureza tenemos la interpretación de Elizabeth Olsen, que viéndose en un papel de chica con traumas y un pasado difícil, intenta ayudar para enfrentarse a su futuro incierto.
Crítica de Old boy de Susana Peral.