Este miércoles 30 de abril, se estrena en las salas de cine una pequeña propuesta ópera prima del director indio Ritesh Batra, The lunchbox.
En Mumbai, India, todos los días las amas de casas preparan la comida para sus maridos y se la envían a sus respectivos trabajos mediante un particular medio de transporte. Ila ((Nimrat Kaur) cada día se encuentra más distante de su marido, y decide coger las recetas de su madre y reconquistar a su marido por el estómago.
Cuál es su sorpresa después de varios días recibiendo la fiambrera vacía, con lo cual da por hecho que a su marido le encanta su nueva comida, pero su actitud sigue siendo la misma, que sus nuevos guisos no le están llegando a él si no a Saajan (Irrfan Khan), un hombre viudo que está a punto de jubilarse pero que aprecia el trabajo de Ila. Poco a poco en estas idas y venidas de la fiambrera, ésta se llena de mensajes de ida y vuelta y de una nueva ilusión por vivir para ambos.
Después de encontrarnos muchas propuestas donde la conectividad y enlace de las personas se realiza mediante la tecnología moderna, es decir internet, con The lunchbox nos viene una propuesta totalmente cautivadora donde volvemos a los orígenes del ser humano, donde las palabras son en todo su contexto lo importante, y además por escrito directo, a mano, y con el tiempo como espera y como pausa para reflexionar.
He de decir que hacía tiempo que no me conmovía tanto con una propuesta tan intimista y sencilla, donde todo trascurre con calma y con sosiego, donde las prisas existen para lo necesario y vital, y que vemos como la persona espera ansiosa una respuesta del contrario de su puño y letra, donde se muestran los más bellos sentimientos.
En The lunchbox todo parece natural, las coincidencias y el destino parece escrito, los protagonistas dan rienda a su imaginación a su liberación como personas y sobre todo al nacimiento de un bello sentimiento sin presiones de por medio. Todo se hace liviano y conmovedor a la vez que te resulta impresionante que pueda surgir algo de la nada, y con tan poco te llega y los personajes lo trasmiten con una serenidad impresionante.
The lunchbox es delicada, tierna, ahondando en la soledad y el destierro de las personas que se abandonan a su suerte pensando que ya no son merecedoras de algo más, como si todo estuviera vivido, pero llego el azar y lo cambio todo.
Para nada uno se puede parar a pensar que The Lunchbox es una ópera prima, pues está muy bien llevada, en cada detalle, con unas voces en off leyendo esas cartas conmovedoras, mostrando un mundo de ensoñación donde las segundas oportunidades llegan aunque uno no lo crea.
Este guión desvela como el ser humano es capaz de desnudarse emocionalmente frente a un extraño en muchas ocasiones que con personas cercanos, por lo que podemos debatir aquello que la confianza no lo da el tiempo siempre, si no las personas y la comprensión. The Lunchbox es una pequeña joya escondida tras la pantalla, puro sentimiento. O como el tren equivocado te lleva a la estación correcta.