El director y guionista David Marqués nos lleva por otros terrenos, muchos más emocionales, donde los lazos de amistad tiran tanto o más que los de la propia sangre.
Hay dos estrenos españoles este fin de semana y en Cineralia os vamos a hablar de Dioses y Perros de David Marqués quien dirige su quinta película, trabajando también en el guión y centrando meramente en el género dramática y dejando de lado su parte cómica que ha trabajado en sus tres anteriores trabajos, En fuera de juego, Deshechos y Aislados.
La vida de Pasca (Hugo Silva) es rutinaria y casi vacía, se divide entre los cuidados de su hermano minusválido e intentar ayudar a su amigo Fonsi para que no caiga más en el pozo que está metido. Además en cierta medida, ninguno de los dos, ni su hermano ni su amigo quieren ayuda pero él cree tener una obligación moral ante ellos. Para subsistir trabaja de sparring en un gimnasio e intenta buscarse la vida, pero todo lo que le rodea es turbio y quiere salir de esa encrucijada. Todo puede cambiar cuando conoce a Adela (Megan Montaner), una chica joven, profesora en el barrio y muy dicharachera que hará que Pasca se plantee su vida, o al menos que vea todo desde un enfoque mucho más positivo y tenga algo positivo por lo que luchar.
Es un guión profundo e intenso, que nos lleva a visualizar las limitaciones y responsabilidades de la vida, aunque uno parezca no enfrentarse a ellas de frente, al menos en apariencia. Pero no solo a las personales si no las que nos rodean e invaden diariamente.
Bien es verdad que el director y guionista David Marqués ya ha encarado el tema de la crisis y los problemas que ello acarrea socialmente tanto En fuera de juego y Deshechos, pero aquí nos lleva por otros terrenos, muchos más emocionales, donde los lazos de amistad tiran tanto o más que los de la propia sangre.
Dioses y perros es una historia desgarradora, donde el fracaso acecha de frente a los personajes, donde la fatalidad queda impuesta en cada plano y secuencia, y donde las oportunidades surgen y salir del pozo a veces es posible siempre y cuando el corazón no mande. Incluso hay un personaje más que irrumpe en cada uno de los personajes, que es la culpa, cada uno lleva intrínsecamente una impuesta que no saben cómo dejar de lado.
Aquí el protagonista principal que lo encarna Hugo Silva, refleja en su semblante todo lo que su espalda lleva: dolor, responsabilidad, fracaso y sueños anhelados y perdidos. Un personaje que ha sabido llevar a la perfección el actor, y que sacado de ese encasillamiento de chico guapo, aquí el físico no es lo importante, lo que cuenta es el interior.
El interior del personaje de Hugo Silva, aparentemente frio y calculador se nos va desgranando lentamente, para ir conociendo el porqué de los derroteros de cada situación y de cada diálogo que no queda exento de profundidad y reflexión.
Hace unos meses pudimos Entrevistar a Megan Montaner, quien es la protagonista femenina, es mucho más conocida en televisión, pero es verdad aquí en Dioses y perros tiene un papel en el que se desenvuelve muy bien y con naturalidad, dándole más empaque a las situaciones, y además congenia bien con Hugo Silva en todas las secuencias que mantienen.
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