El elemento principal de la película es la lucha personal de Alice por seguir estando conectada a la persona que fue, un combate que es impactante, desgarrador, y también conmovedor.
Creo que todos, de alguna manera, nos hemos topado con la terrible enfermedad del Alzheimer. Conocemos a alguien que conoce a alguien, familiares, amigos, personas a las que este mal ha consumido. Hay, y ha habido, numerosas películas que han reflejado esto. Pienso que Siempre Alice es una de las mejores cintas que ha plasmado este tema, y desde luego, cuando veamos a Julianne Moore en próximas cintas, nos acordaremos de su impactante y brutal interpretación en este film. Por lo menos, a mí me sucederá.
Desconozco qué actrices optarán este año por el Oscar, pero no tengo ningún problema en adelantar que Julianne Moore es mi favorita. Seguro que otras lo habrán hecho muy bien en sus películas, pero lo que he presenciado en Siempre Alice me ha dejado claro quién es la merecedora del premio este año. Solo falta esperar que la nominen. Porque hacía mucho que no lloraba tanto con una película.
Siempre Alice es la historia de Alice, una eminente profesora de Lingüística de la Universidad de Columbia, muy conocida a nivel internacional. Alice cumple 50 años y lo celebra con toda su familia; su marido John (Alec Baldwin), sus hijas Anna (Kate Bosworth), Lydia (Kristen Stewart) y el hijo pequeño Tom (Hunter Parrish). Parece que la vida les sonríe a todos. Pero en un solo instante, la vida de todos pega un giro radical, y es que Alice comienza a encontrarse mal. Olvida palabras, objetos, a veces llega a un sitio y no sabe cómo ni por qué se encuentra allí. Preocupada acude a un neurólogo, el cual, la diagnostica Alzhéimer de inicio precoz.
Al principio, acude a la familia el asombro porque su madre es joven, pero luego comienza la peor parte, y es el deterioro progresivo de las facultades de Alice. Ella, que siempre ha tenido un gran intelecto, una mujer trabajadora, con una gran carrera y que ha criado a tres hijos, comienza a perderse por la enfermedad.
El elemento principal de Siempre Alice es la lucha personal de Alice por seguir estando conectada a la persona que fue, un combate que es impactante, desgarrador, y también conmovedor. Quizás hay que destacar especialmente ese discurso que Alice pronuncia para una asociación de enfermos de Alzhéimer, al que acuden sus hijos; un discurso que es mucho más que eso, es una despedida. Aquí, la Alice que hemos conocido al comienzo del film se despide de su familia y de los espectadores para dar entrada a la enfermedad en su más terrible manifestación.
No voy a extenderme mucho más porque Siempre Alice es una de esas películas que no se deben ni se pueden describir bien con palabras. Sencillamente hay que verla y dejarse llevar. La historia que nos relata no es ficción, es la vida en sí misma, con toda su dureza. Solo puedo decir que me ha encantado y que los amantes del Cine hecho con humanidad, sencillez y coherencia la van a disfrutar.
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