Crítica de Conducta
El conjunto es impresionante, una de las mejores películas que he visionado en lo que llevo de año, por su contenido y su mensaje.
El carisma y profundidad del personaje principal, Chala, es inmenso, su interpretación soberbia.
Sentir que lo auténtico, verdadero y natural fluye en una película es lo mejor para darse cuenta que estás ante una gran propuesta cinematográfica, y esa no es otra que Conducta que con su temática sobre la educación y la marginalidad en Cuba te eriza la piel y te llena de verdad.
El director Ernesto Daranas en este su segundo trabajo vuelve a incidir en el drama, aquí metiendo la infancia de por medio por lo que ha tenido distintos PREMIOS UNICEF sobre la Infancia en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana y en el Festival de Cine de Bogotá.
Ahora ya en España, la película Conducta y su distribuidora European Dreams Factory donará a favor de UNICEF Comité Español un 1€ por cada unidad vendida del DVD y Blu-ray de Conducta, y ayudar así en la labor que la entidad realiza con los menores más desfavorecidos.
Chala es un niño de once años que ha tenido que crecer rápido, vive solo con su madre drogadicta, y para sobrevivir entrena perros de pelea para llenar un plato de comida en su casa. Pero Chala no deja de ser un niño con ilusiones y las deja fomentar en el colegio, aprendiendo de la mano de Carmela, la maestra que confía en él, pero de fondo siempre está su vida y lo que le influye y es entonces cuando la brutalidad y violencia en ocasiones se expresa en los pasillos de la escuela, lo que hace que el joven sea llevado a una escuela de conducta, por él y por la falta de respaldo familiar. Carmela luchará porque Chala tenga un futuro mejor, el que la sociedad y la vida no le ha ofrecido.
Conducta tiene una fractura exquisitamente humana además de enriquecedora, donde la dureza y la sensibilidad bordean siempre el precipicio de los límites humanos. Está enmarcada en el ámbito escolar, en la edad en la que se forjan las mentes y las personalidades dando así más empaque a la historia, remarcando la importancia de la confianza en las personas más allá de las apariencias.
La delicadeza y la dureza son el fuerte de esta cinta, donde cada uno de los personajes da lecciones de vida al otro. Plasma aquello de las segundas oportunidades, del cambio en las personas y del aprendizaje a base de golpes pero con el corazón.
La fusión de imagen, sonido e historia está tan bien combinada que el conjunto es impresionante, una de las mejores películas que he visionado en lo que llevo de año, por su contenido y su mensaje, y sobre todo por su sencillez narrativa, no hay dobleces todo se muestra directo y se te clava en el corazón.
El carisma y profundidad del personaje principal, Chala, es inmenso, su interpretación soberbia, hacía tiempo que no veía en pantalla derrochar tanta naturalidad en escena además convenciendo al espectador de todo lo que está contando y empatizando con él desde el minuto cero.
Mucho debate hay de fondo, cuando aquí se pone en bandeja si hay que regirse por las normas o por las intuiciones de las personas y las vocaciones de las mismas. La experiencia es un grado y es algo que queda demostrado a lo largo del metraje además, de que hay profesiones que tienen y deben ser vocacionales para que surgan efecto en los demás.