Marshall reúne a algunas de las actrices que se han convertido en las reinas de la comedia romántica para ofrecer otro producto comercial con aroma a sitcom.
Garry Marshall siempre será recordado como el director de Pretty Woman, la película que consagró a Julia Roberts como una de las mayores estrellas de Hollywood, y las dos partes de Princesa por sorpresa, las cintas que lograron que Anne Hathaway se convirtiera en una actriz taquillera. En los últimos años, el neoyorquino se ha especializado en largometrajes corales que se desarrollan en una ciudad concreta en una fecha señalada. La particular serie comenzó con Historias de San Valentín, que tomaba como escenario principal Los Ángeles para desarrollar varias tramas durante el Día de los Enamorados, y continuó con Noche de fin de año, donde seguía a distintos personajes que pasaban su Nochevieja en Nueva York.
Ambas repetían una fórmula donde se daban cita numerosas caras conocidas, unas gotas de romanticismo cursi, un poco de melodrama y otro tanto de comedia familiar. Todo ello envuelto en una producción para la pantalla grande con la estética de un telefilme de lujo.
Casi los mismos ingredientes se dan cita en Feliz día de la madre. En esta ocasión, Atlanta se convierte en el decorado principal de las peripecias de varios personajes alrededor de la gran celebración de la maternidad. La película pretende mostrarnos lo que significa ser mamá a través de un catálogo de progenitoras de todo tipo: separadas, lesbianas, abuelas, padres que ejercen el papel de las mujeres en la familia, madres que tuvieron que dar a su hijo en adopción y otras que tienen miedo al compromiso.
Marshall reúne a algunas de las actrices que se han convertido en las reinas de la comedia romántica (Julia Roberts, Jennifer Aniston, Kate Hudson o Jennifer Garner) con alguna aspirante (Britt Robertson) para ofrecer otro producto comercial con aroma a sitcom. Además incluye a Jason Sudeikis, uno de los actores de moda del humor americano actual, para aportar un tono más gamberro al asunto. No obstante, en Feliz día de la madre el resultado es el de siempre: un filme blando y poco memorable donde no abundan las risas y los elementos dramáticos nunca acaban de inquietar al espectador, que sabe desde el principio que todo acabará en un happy end.
En resumen, aquellos a los que gustó Historias de San Valentín y Noche de fin de año disfrutarán con esta tercera entrega. Al fin y al cabo, son casi los mismos ingredientes combinados de idéntica manera. Por el contrario, los que aborrecieron las dos películas previas de Marshall es muy posible que también odien ésta.
Feliz día de la madre
Lo Mejor: Gustará a aquellos aquellos a los que gustó Historias de San Valentín y Noche de fin de año
Lo Peor: Los que aborrecieron las dos películas previas de Marshall odiarán también esta