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De primeras uno piensa que se encuentra ante la clásica cinta francesa con tintes de admiración a la Nouvelle Vague y donde los protagonistas recorren las calles un tanto perdidos, pero a los pocos minutos el espectador se enfrenta a situaciones muy dispares, con toques de humor pero con gran profundidad...
No todas las comedias van el mismo tono y sentido. Hay comedias que utilizan la ironía como arma en sus personajes, donde situaciones, que a muchos pueden parecer surrealistas, son las que hacen esbozar una sonrisa no solo en el rostro sino también en el alma.
Pierre, se ha encerrado en su casa y su mundo después de quedarse viudo, no sale a la calle desde hace dos años. Su hija se empeña que tiene que estar entretenido y contrata a Alex, el novio de su hija y en paro, para que descubra las virtudes del internet y esté conectado con el mundo exterior. Ahora en sus investigaciones cibernéticas conocerá a una joven que le hará volver a ilusionarse, pero tendrá que enfrentarse a nuevos retos, incluidos la verdad o como sortearla.
Stéphane Robelin dirige y escribe el guion de su segunda película incluyendo el tema de la tercera edad de nuevo. En esta ocasión ante la posibilidad de la soledad de esa etapa de la vida, intenta sacarla de ese estado mediante las nuevas tecnologías y la relación con ella en nuestra sociedad, todo con humor, con enredos pero con sutilidad.
De primeras uno piensa que se encuentra ante la clásica cinta francesa con tintes de admiración a la Nouvelle Vague y donde los protagonistas recorren las calles un tanto perdidos, pero a los pocos minutos el espectador se enfrenta a situaciones muy dispares, con toques de humor pero con gran profundidad. Aunque el homenaje en sí existe, por querer plasmar la realidad con naturalidad, con diálogos vitales pero con mucha sorna por momentos y con segundas intenciones.
En lugar del Sr. Stein parte de personajes estáticos y un tanto distantes y manejados por la sociedad y la condición del clasismo y de la pasividad por otra parte, pero poco a poco se va creando un climax cercano, con retazos de nostalgia por el pasado, donde los protagonistas se mezclan, se cruzan y se entienden aunque parezca lo contrario.
Aquí la mujer se retrata como alguien mucho más racional que pasional, dando esta última característica al hombre, que lo matiza con cariz de inseguridad y que se sostiene, en parte, por la parte femenina que se encuentre a su lado.
En lugar del Sr. Stein habla de la soledad, estando incluso acompañado, de la incomprensión de los más cercanos y de la necesidad de soñar y querer para poder sobrevivir al día a día y a los recuerdos que se aferran a estar vivos en todo instante. Pero en la evolución de la película hay giros donde los protagonistas cambian el pasado por un presente con ilusión, con retos que no se hubieran podido imaginar y que darán paso a una sonrisa sobre todo la del alma, y el espectador también.