Puntuación:
Sentida crónica fílmica de un cineasta en crisis realizado con fragmentos de más de 400 películas.
Documentar una depresión y la sensación de soledad a través de fragmentos de centenares de películas vistas durante un periodo de crisis personal. Esa es la particular propuesta de No creas que voy a gritar, el singular trabajo de no ficción que nos ofrece el francés Frank Beauvais.
A través de una acertadísima labor de montaje, el realizador se apropia de imágenes de otras cintas para crear una crónica de una mala época, caracterizada por la ruptura con la que era su pareja, la conciencia de encontrarse en la siempre difícil mediana edad. la muerte de su padre, los atentados terroristas en Francia y la estancia en una aislada zona de Alsacia donde casi todo le parece ajeno y lejano.
Una cinta confesional que encuentra en las sensibles palabras de Beauvais uno de sus logros, pero también en la concatenación de imágenes que no se limitan a ilustrar el discurso, sino que lo amplían e incluso nos descubren matices que no hubiéramos conocidos sin este apoyo visual.
Por otra parte, la película demuestra la importancia de aquello que llamamos cultura para refugiarnos cuando las circunstancias a nuestro alrededor son adversas. Puede que para algunos pueda resultar una actitud cobarde, pero es la única que parece quedarnos cuando los acontecimientos nos superan.
Evidentemente, no estamos hablando de una película fácil para el espectador medio. Aquellos que hagan el esfuerzo encontrarán una hermosa crónica de la desolación personal y uno de los mejores estrenos en salas españolas del desolador 2020. Los que prefieran el cine más comercial, sin embargo, pueden verse abrumados por tanta reflexión y encontrar el conjunto en exceso pedante.