El escritor norteamericano Henry James está de moda en el mundo del cine y la televisión. Otra vuelta de tuerca, su celebre novela corta, ha servido de base de la serie La maldición de Bly Manor y la adaptación homónima dirigida por Floria Sigismondi han llegado a nuestras pantallas pequeñas y grandes. Otra versión en imágenes, Los papeles de Aspern, a cargo de Julien Landais, se suma a este grupo de producciones que abordan el universo del narrador estadounidense.

Como es habitual en la obra de James, nos encontramos con un grupo de personajes reprimidos sexualmente y que se enfrentan a amores no del todo correspondidos. Todo ello servido a través de la historia de un crítico literario que visita con falsas excusas a la que fue amante de un poeta ilustre y trata de cautivar a la sobrina de ésta para conseguirlos famosos documentos a los que hace referencia el título.

El largometraje reúne casi todos los defectos de las cintas de época con base literaria. Los diálogos son altisonantes, las interpretaciones demasiados teatrales y la dirección resulta terriblemente académica.
Landais, actor que ha desarrollado su carrera como director en el ámbito del cortometraje y los denominados fashion films. nunca logra ir más allá de la ilustración aburrida y encorsetada que demuestra una paupérrima elaboración del texto original. Ni siquiera logra insertar de manera adecuada los flashbacks, que muestran la vida del desaparecido literato —encarnado por el español Jon Kortajarena— y desvelan sus amores.

En definitiva, Los papeles de Aspern es una mortecina adaptación de la novela de James que desperdicia el trabajo de grandes actores como Vanessa Redgrave, Joely Richardson o Jonathan Rhys-Meyers.