sábado , febrero 15 2025

Crítica de ‘Los asesinos de la luna’. Scorsese filma un monumental drama sobre el genocidio indio

Puntuación:

El director italoamericano revisa de forma magistral uno de los pasajes más oscuros de la Historia de Estados Unidos a través de una película con elementos de thriller y wéstern.

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El director Martin Scorsese realiza con Los asesinos de la luna una película que parece ajustarse a los parametros del Nuevo Cine Americano, una tendencia del que él fue uno de sus máximos representates entre finales de los años setenta y la totalidad de los setenta del siglo pasado. Por un lado, como gran parte de las cintas de este periodo, nos contramos ante una visión crítica de los Estados Unidos, como es el exterminino al que se vio sometido la Nación Osage a manos de la raza blanca. Por otra parte, la película reformula los géneros tradicionales, como el propio Scorsese y sus colegas de generación hicieron. Es un drama, sí, pero repleto de elementos propios del wéstern crepuscular y el thriller.

Con el libro homónimo de David Grann, autor también del texto que dio lugar a la notable La ciudad perdida de Z, como base, el cineasta italoamericano, con ayuda del guionista Eric Roth (Dune, Ha nacido una estrella), nos ofrece un largometraje que no se encuentra tan lejos de sus célebres cintas de gángsteres como Uno de los nuestros o Casino. No es difícil ver en el personaje que encarna un magistral Robert De Niro a una suerte de jefe mafioso, aquí revestido de figura clave de la comunidad con dos caras: aquella que aparece como el amigo de los indios y otra en la que es su exterminador. Tampoco resulta extraño apreciar en el personaje un antecedente de Donald Trump y sus seguidores, esos que se sirven del populismo y las referencias bíblicas para beneficio propio.

Por otra parte, la película dibuja un panorama desolador de unos Estados Unidos donde parece que solamente hay lugar para el hombre blanco y el dinero es la única ley. Así asistimos al exterminio de un pueblo como la Nación Osage, al que se impidió que mantuvieran su alto estatus ecónomico, logrado gracias al petróleo que se extraía de sus tierras, de una manera verdaderamente sibilina. Aquellos que decían ser sus amigos y conyuges blancos era los encargados de eliminarlos de la manera más rastrera posible, jugando con sus sentimientos y sin dar la cara en ningún momento.

A la vez, la cinta muestra a un trío de personajes que parecen creerse sus propias mentiras. El encarnado De Niro se autoengaña creyéndose que ejerce el bien para sí mismo y los demás, mientras que su sobrino, encarnado por un impresionante Leonardo DiCaprio, vive una particular neurosis encargándose de ser la mano ejecutora de los mandatos de su tío y amando a una mujer a la que no duda en envenenar. Igual de complejo resulta el personaje al que da vida una magnética Lily Gladstone, una mujer india que tiene la sospecha de que su amado esposo está intentando acabar con ella y su familia para lograr la pingüe herencia.

Como siempre, Scorsese utiliza a los mejores profesionales para envolver visualmente su película. De irreprochables se pueden calificar la bella fotografía de Rodrigo Prieto, el preciso montaje de Thelma Schoonmaker y el impecable diseño de producción de Jack Fisk, que recrea de manera primerosa el oeste estadounidense de la segunda y tercera década del siglo XX.

Los más puntillosos podrán achacarle a Los asesinos de la luna su larga duración de más de tres horas, alguna reiteración y su ritmo pausado, pero son elementos menores para un largometraje adulto que ofrece mucho más que la mayoría de las cintas comerciales que vemos habilitualmente en la gran pantalla. Sin ninguna duda, una de las mejores películas de 2023.

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