El cine protagonizado por profesores es casi un subgénero. El protagonista suele ser un docente comprometido con su profesión que no solamente impartirá las asignaturas a sus alumnos, sino que se convertirá en un ejemplo de vida, casi como si fuera un santo laico. Hay centenares de títulos, desde las ya clásicas Semilla de maldad o Rebelión en las aulas, pasando por Mentes peligrosas o Diarios de la calle, hasta producciones más recientes del calibre de la española Uno para todos o la francesa Los profesores de Saint-Denis, entre muchas otras.
Algo hay del espíritu de todas ellas en El maestro que prometió el mar, segundo largometraje de Patricia Font que ha ganado el premio a la mejor película de la sección Competición Nacional del festival Cine por Mujeres 2023. El filme reconstruye la vida de Antonio Benaiges, un maestro de Tarragona que introdujo nuevas técnicas educativas durante el final de la II República y el comienzo de la Guerra Civil. Su implicación política y su rechazo a las ideas religiosas católicas le granjearon el rechazo de los falangistas, que no dudaron en ejecutarle cuando tuvieron la oportunidad.
Sin duda, la película cuenta una historia real de indudable interés, pero se encuentra muy por debajo de otra cinta que tiene los mismos elementos y resulta más lograda en su conjunto: La lengua de las mariposas, versión del relato homónimo de Manuel Rivas sobre un docente republicano que realizó su labor en tiempos similares a los que describe Font y fue ajusticiado por el bando nacional. Sin duda, el gran acierto de la película es la elección de un soberbio Enric Auquer, que imprime pasión y energía al maestro del que habla el filme. Igualmente reseñable es el trabajo de Luisa Gavasa, en el papel de una mujer que realiza las labores de limpieza en la escuela y se convierte en su particular confidente. Es precisamente en las conversaciones entre ella y el maestro, y las que mantiene el profesor con sus alumnos lo mejor de un filme que llega a emocionar.
Sin embargo, el guion de Albert Val, basado en la libro Desenterrando el silencio. Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar, escrito de Francesc Escribano, no acaba de sacar todo el provecho al interesante material de base. Uno de los problemas se encuentra en la historia, desarrollada en la segunda década del siglo XXI, donde una mujer joven busca los restos de su bisabuelo, fusilado en la Guerra Civil, y acaba encontrándose con la historia de este docente, que fue algo más que un profesor para su abuelo. Val y Font no perfilan bien el personaje, que parece una simple muleta para hacer hincapié en el asunto de la memoria histórica, y restan verdadero protagonismo a la trama principal. Por otra parte, como suele ser habitual en las cintas sobre la contienda fratricida, los enemigos de la función aparecen de una forma un tanto esquemática y burda.
No obstante, El maestro que prometió el mar emociona por momentos y nos recuerda que la intolerancia siempre estará en contra del saber y la cultura.