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Los actores Lupita Nyong'o y Joseph Quinn brillan en una entrega más centrada en el retrato de personajes que en los sustos.
El director y actor John Krasinski elaboró una sencilla y efectiva fórmula con Un día tranquilo: mezclar los elementos de producciones con monstruos alienígenas con el intimismo de un drama familiar. Así conocíamos los esfuerzos por sobrevivir de un clan en medio de un mundo infectado de terribles criaturas que captaban a sus presas a través del sonido que emitían. El realizador daba muestras de habilidad a la hora de dirigir actores y creaba una atmósfera tensa y enrarecida. Estos dos elementos volvían a estar presentes en la inevitable secuela.
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Un lugar tranquilo: Día 1 regresa al mundo infectado por sangrientos extraterrestres para mostrarnos cómo se produjo la particular invasión. Es cierto que en la segunda parte, concretamente en el prólogo, ya se mostraba, aunque entonces era una población más o menos pequeña. Ahora nos encontramos en Nueva York, quizá una de las ciudades más ruidosas del mundo y un sitio ideal para que los monstruos de otro planeta cacen a sus anchas. Por otra parte, la familia protagonista de las entregas previas ha desaparecido y es sustituida por una extraño trío formado por una joven afroamericana aquejada de una enfermedad terminal, su gato y un estudiante de derecho británico que tendrá que sobrevivir en una urbe que se ha convertido en un caos debido a la llegada de los voraces seres.
Krasinski deja en este caso la dirección y el guion en manos de Michael Sarnoski, el autor de la muy curiosa Pig. El nuevo realizador se centra en el drama de los personajes, especialmente en el de esa mujer que sabe que pronto morirá, aunque no sabe si será por la enfermedad o por la particular plaga. Su último deseo es regresar al hogar de su infancia con la compañía de un inesperado tipo que está en shock y parece más perdido que ella.
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Sarnoski ahonda así en el tono íntimo de la franquicia y deja un tanto de lado los momentos más terroríficos. Cuenta para ello con una maravillosa Lupita Nyong’o, que imprime fuerza y sensibilidad a su personaje enfermo, y un no menos acertado Joseph Quinn, que aporta un cierto tono de indefensión a su papel. No menos importante es el trabajo de un gato con tanto carisma como los protagonistas. Como si fuera una road movie, la relación entre los dos humanos como sus propias personalidades experimentarán un cambio en su viaje de un lado al otro de la ciudad.
En resumen, Un lugar tranquilo: Día 1 aporta más drama y menos terror a la fórmula, algo que quizá pueda desagradar al público más palomitero, aunque le acerque a otro más adulto.