Nuestra particular visión de la película «El Último Concierto», que llegó a las salas de cine el pasado día 23 de agosto.
Hay algo que abarca la generalidad del Cine Indie, antes llamado Independiente o poco Comercial, y es precisamente el ritmo y la manera de contar las historias. Supongo que será también una manera de diferenciarse del Cine que es Comercial. Pregunta: ¿Cual es la diferencia entre uno y otro? ¿Es que el Indie es gratis y no depende de la Publicidad?.
Bajo mi punto de vista, dependen incluso más que las de los grandes estudios. Digo yo, y a lo mejor es una estupidez, pero…¿Acaso la diferencia no radica en que las Indie tienen menos medios que las otras? Es decir, que tienen menos presupuesto detrás de ellas. Sinceramente, creo que la batalla que existe entre el Indie y los productos de los grandes Estudios, es inexistente, a no ser que la inicien o provoquen ciertos individuos impregnados de una pseudointelectualidad y una pretenciosidad que rayan la obsesión, en un intento por sentirse seres «superiores» a los mediocres espectadores que se contentan viendo películas con mucho ruido y, según dicen estos pretenciosos, con poca profundidad. También les digo que a veces, se puede ser jodidamente pesado intentando ser profundo.
Lo cual me lleva a preguntarme: ¿Es que no es posible combinar ambas cosas? ¿No se pueden ver películas más intrascendentes y otras que no lo sean tanto? Personalmente lo creo posible, porque lo pongo en práctica. Lo que ocurre es que hay demasiado hooligan suelto, porque también están los que solo ven películas de acción, o los que solo pueden ver películas de comedia, o los que solo ven cintas de terror.
Esta semana, y tras ver cintas comerciales muy buenas, tocaba ver algo distinto, y me he topado con «El Último Concierto» una película realmente interesante, con buenas interpretaciones, Indie desde luego y con el fallo de siempre: el Ritmo. Se agradece la duración de 1 hora 45 minutos. Y goza de muy buenas interpretaciones, aunque se lleva el premio el gran Christopher Walken, que interpreta a Peter Mitchell el miembro más veterano del Cuarteto musical especializado en la obra de Beethoven.
Este Cuarteto, llamado la Fuga, lleva 25 años interpretando el Opus 131 de Beethoven, con éxito a nivel mundial. Ahora se preparan para dar un nuevo concierto, pero en un ensayo previo, Peter nota que las manos comienzan a fallarle, por lo que acude al médico, y recibe el diagnóstico de una terrible enfermedad. Peter entonces decide retirarse y dejar el Cuarteto, dando origen así a todos los problemas que se irán desgranando a lo largo del film.
«El último Concierto» es una historia de la Vida cotidiana, en la que vemos los problemas de un matrimonio, reflejados en la pareja de Robert (Phillip Seymour Hoffman) y Jules (Catherine Keener), la atracción sexual- amorosa entre Daniel, el cuarto miembro del grupo y la hija de Robert y Jules, Alexandra; y por otro lado y como centro del argumento, observamos a Peter, y la sabiduría que se adquiere con la edad y la experiencia en la Vida, perfectamente reflejadas en el momento estelar de la película cuando este y Jules visitan el MET de Nueva York, ambos se paran ante un retrato de Rembrandt y Peter se compara con el pintor cuando este llegó a su madurez, diciendo que a pesar del deteioro fisico y psíquico podía seguir pintando, pero él se siente traicionado por la degeneración de su mente y cuerpo, que le impiden seguir tocando el chelo.
¿Es una buena película? Absolutamente y todos aquellos que esten cansados de superhéroes o de ver a Johnny Depp haciendo siempre lo mismo, agradecerán esta triste aunque encantadora cinta. Solo me queda desearos que la disfruteis.
Una Crítica de cine de Ramiro González.