Secuestrados (Secuestrados, 2010; Miguel Ángel Vivas – 82 minutos)
Hay un miedo muy básico. Unos hombres entran en el hogar y buscan robar lo que puedan, aunque no tienen ningún miedo a la violencia. Con este punto de partida una familia se debe unir para afrontar la llegada de varios ladres a su casa.
La película resulta bastante angustiosa y muy ágil. Aporta un gran realismo a una situación en la que es muy fácil sentirse cercano a la familia. Mientras se ve el desarrollo resulta muy frustrante en varios momentos y todo concluye con un gran doble plano en una atrevida decisión de dirección. Apropiada para toda la familia (si esta no cuenta con miembros pequeños) ya que no es un asesino tarado de rostro ajado el que la protagoniza, sino una situación por desgracia no muy alejada de la realidad.