Crítica de La verdad duele (Concussion)
La verdad duele (Concussion) se adapta como un guante a este subgénero de cintas sobre ciudadanos que se han enfrentado a importantes instituciones…
El cine norteamericano parece empeñado en ofrecer una y otra vez las típicas tramas de David contra Goliat basadas en hechos reales.
Al fin y al cabo, son historias inspiradoras que dejan patente que existe la Justicia y los débiles pueden imponerse a los más fuertes a pesar de contarse en una posición inicial de inferioridad. Por otra parte, los papeles de héroe que se enfrenta a la adversidad después de superar las muchas trabas en el camino son un verdadero caramelo para los actores que quieren ganar prestigio y galardones. Ahí están para demostrarlo cintas como Erin Brokovich, largometraje de Steven Soderbergh por el que Julia Roberts ganó el codiciado premio Óscar, o Dallas Buyers Club, que hizo lo propio por Matthew McConaughey. La verdad duele (Concussion) se adapta como un guante a este subgénero de cintas sobre ciudadanos que se han enfrentado a importantes instituciones y empresas para defender lo que creían correcto.
La verdad duele (Concussion) cuenta la historia de Dr. Bennet Omalu, un neuropatólogo forense descubridor del síndrome de post conmoción cerebral, que afecta especialmente a veteranos jugadores de fútbol americano y ha provocado el suicidio de muchos de ellos. Su intención de dar a conocer esta enfermedad chocó con el rechazo de los responsables de la liga estadounidense, que no veían con buenos ojos que se reconociera el riesgo al que estaban expuestos los participantes en una de las disciplinas deportivas más populares del país.
Peter Landesman, responsables de Parkland, dirige con esmero y escaso ingenio la lucha de un doctor nacido en Nigeria que vio peligrar su permanencia en el país de las barras y estrellas por su empecinamiento en dar a conocer un mal que estaba provocando la muerte prematura de algunas estrellas del que puede considerarse como uno de los pasatiempos nacionales. El filme se muestra crítico con el poder de algunas instituciones capaces de destrozar la vida de un ciudadano honrado e impedir que se haga público un asunto de interés general para que triunfe el lucro privado. No obstante, ese particular reproche se plasma en pantalla de la manera más obvia y convencional posible.
Dentro de un trabajo que transita caminos excesivamente trillados destaca la interpretación de Will Smith, que logra convencer con su acento extranjero y consigue emocionar como ese médico que lucha por dar a conocer una dolencia que hasta entonces era desconocida. Igualmente meritorias son las interpretaciones de Albert Brooks, en el papel del comprensivo jefe de Omalu, y Alec Balwin, en la piel de uno de los médicos deportivos que apoyó al doctor nigeriano.
Por el contrario, la trama romántica del neuropatólogo y la mujer que se convertiría en su esposa resulta escasamente interesante y está bastante poco desarrollada. En definitiva, el rol, encarnado con corrección por Gugu Mbatha-Raw, es poco más que el reposo del guerrero.
En resumen, La verdad duele (Concussion) es un correcto y un tanto aburrido drama que sigue una fórmula demasiado utilizada por multitud de largometrajes y decenas de telefilmes de sobremesa.