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Precioso ensayo sobre la importancia del cine de los autores de 'El regador regado'
En 2017, Thierry Fremaux, director del Instituto Lumière y del Festival de Cannes , estrenó Lumière, comienza la aventura, un filme ensayo que pasaba revista a más de un centenar de cintas que realizaron los populares pioneros del cine y algunos de sus empleados durante los últimos años del siglo XIX y primeros años del XX. El erudito dejaba patente la relevancia artística de aquellos trabajos pioneros, dejando constancia de sus valores artísticos e históricos y demostrando que algunos conceptos cinematográficos nacieron con aquellos trabajos de apenas cincuenta segundos, como el remake, el travelling o la puesta en escena. Todo ello con una mezcla de sabiduría y un fino sentido del humor.

Ocho años después se estrena en España Lumière, la aventura continúa, donde Fremaux sigue analizando algunas de las cintas de los Lumière. Quizá en esta ocasión se centra en los aspectos técnicos que llevaron a cabo la pareja para ser considerados como uno de los padres del entonces nuevo arte y su implantación comercial, aunque también comenta sus filmes desde el punto artístico e histórico.

Incluso se atreve a establecer paralelismos entre los responsables de El regador regado y otros directores muy posteriores que trataron asuntos que ellos fueron los primeros en abordar, como John Ford o Maurice Pialat. A la vez, destaca el estilo realista de estos cineastas frente a los juegos de artificio de Georges Meliès, más centrado en la fantasía y los trucajes. Por otra parte, demuestra las relaciones con otros artistas de su época como pintor Pierre-Auguste Renoir o el escritor Marcel Proust.
Las bellas composiciones de Gabriel Fauré, músico contemporáneo de los responsables de La llegada del tren, otorgan un tono poético a los bellos y acertados comentarios de Fremaux y las pequeñas películas que forman el largometraje. Como regalo, la cinta nos ofrece un particular remake contemporáneo de La salida de los obreros de la fábrica Lumière, realizado por el estadounidense Francis Ford Coppola con los mismos medios técnicos del original.

En definitiva, Lumière, la aventura continúa es una preciosa carta de amor al séptimo arte y a sus pioneros, esencial para los cinéfilos y todos aquellos que estén interesados en la cultura audiovisual y su aportación a la sociedad.