Cuatro vidas cuenta con una trama que entrelaza cuatro episodios diferentes con un nexo en común, que se resuelve como un cubo de rubik hasta que ingeniosamente encajan todas las piezas, lo peor llega cuando te preguntas cual era el objetivo.
Cuatro pequeñas aventuras sin demasiado peso específico que son resueltas correctamente gracias a la intepretación de un reparto, que cuando toma las riendas hace admisible el hecho de que la película exista.
Quizás entretenida si obvias la falta de credibilidad en algunos pasajes donde solo la profesionalidad del fantástico elenco consiguen transformarla en un drama entretenido, salvable aunque poco original.
Te preguntas que falla para no conseguir la excelencia con semejante cartel y al final de la película obtienes la respuesta mientras la obra cae en el saco del olvido.
Si te gusta el género se puede ver, incluso disfrutar, pero las alternativas mejores y la sensación de deja-vú que deja le quitan toda la energía y la fuerza que genera el poder de la sorpresa y de un guión que podría y debería ser mejor.
6,4 sobre 10.
Rafael Calderón Luna.
Está muy visto, pero mola.
Coincido con la nota. Trazos de buen cine. Sin embargo, a mi si me gustó el final.