Crítica de Ghadi
…un enfrentamiento entre la inocencia y las ganas de vivir en libertad en contra de los prejuicios y la doble moral del ser humano.
No está mal que no brinden comedias con moralejas vitales en verano, para sacar fuera el estrés pero al mismo tiempo reconfortarnos con una buena película.
La cinta está llena de matices humanos donde entran a valorarse los buenos y los malos.
Ghadi es la ópera prima del director libanés Amin Dora y entra con muy buen pie en nuestro país, aunque es muy conocido en su país ya que obtuvo un galardón en 2010 con un premio Emmy por la dirección de Shakaboot, la primera serie dramática árabe creada única y exclusivamente para internet.. Además la película ha recibido premios en varios festivales, incluso en los Premios de la Academia de Cine de Líbano.
Leba vive en su pueblo natal, un pueblo costero libanés, ahí ha creado una familia y ahora es profesor de música algo que deseó desde pequeño Su vida parece un cuento de hadas casado con la chica que le gustaba en el colegio, con dos hijas preciosas, Yara y Sarah, pero le falta el varón y ahí llegan los problemas, para muchos no para ellos, nace Ghadi, un niño con Sindrome de Down, que a medida que crece se pasa los días asomado a la ventana de su casa gritando, algo que los vecinos ven como una posesión demoniaca, y deciden en una reunión que ese joven debe estar internado y no allí en el pueblo alterando la paz natural. Ahora es cuando Leba deberá agudizar el ingenio para que la familia permanezca unida pese a las presiones de los vecinos.
Gran fábula, como metáforas y enseñanzas para adultos (todo en cine convencional nada de animación), sobre la adaptación y la tolerancia con muy buenos toques de humor, que hacen de las trampas de vida una meta a superar por medio de la picaresca sin medir las consecuencias y entrando en el enredo que es como nos lleva a la comedia tan bien tratada aquí por el director, pero sin dejar de lado la carga dramática que la historia contiene.
Una narración en off que lleva al espectador de la mano en todo momento, atrapándonos por su sigilo, por su emotividad y su ingeniosidad verbal, recreada al mismo tiempo en imágenes de una manera muy vivaz y rápida que hace que tengamos que estar muy atentos y eso atrapa nuestra atención en todos los sentidos.
Ghadi es un enfrentamiento entre la inocencia y las ganas de vivir en libertad en contra de los prejuicios y la doble moral del ser humano. Aquí la tolerancia juega un papel importante a la par que la forma de tomar las decisiones en la vida y que nos influye o empuja a ella. En el film se ve reflejado como es de grande la importancia y el apoyo de los demás para verse respaldado ante las adversidades.
La mano del director Amin Dora es sutil a la hora de tratar temas delicados como son las minusvalías físicas o psíquicas, pero además lo trata directamente sin tapujos para dar normalidad a lo que muchos esconderían, por lo que lo relevante del guión es la importancia del respeto y la comprensión en la sociedad.
Es curioso que desde el primer momento la cinta me evocara en muchos aspectos a películas italianas, a su humor y a su surrealismo escénico y vital, es más lo que me sorprende es que no es la primera vez que una película que es distribuida por Karma me trae estos recuerdos.