Hace un tiempo acudimos al rodaje de la película de próximo estreno en cines «Combustión» (Aquí podéis leer Nuestra Crítica de cine), próxima película del director Daniel Calparsoro («Invasor», y ha sido catalogado como “el mejor director español para rodar películas de acción”). Y gracias a ello, tuvimos la ocasión de charlar brevemente con Alberto Ammann («Tesis sobre un homicidio»). Ésta no es la primera colaboración de actor y director, ya que habían trabajado juntos ya anteriormente en la película “Invasor”.
Ahora, con el estreno en cines de la película, os dejamos lo que nos contó:
- ¿Cómo es tu personaje en «Combustión»?
Creo que Navas es el tiene la cuota de oscuridad más grande en la película, pero no es el único. En esta película todos los personajes tienen una cuota de luz y otra de oscuridad. En Navas la luz queda muy al final del camino. Para mí es genial hacer un personaje así porque nunca me han dado uno con tanta oscuridad. Navas es un manipulador y un egoísta solitario, un encantador de serpientes, un vendedor de humo.
- Primero «Invasor», ahora «Combustión»; ¿te estas convirtiendo en el actor fetiche de Calparsoro?
No veo a Daniel con muchos fetiches (Risas). Creo que Daniel me ha ofrecido esto por que en ‘Invasor’ nos entendimos muy bien, construimos un proyecto estupendo, el lo dio todo, se metió conmigo en la ría en A Coruña en pleno invierno, y a raíz de ello creamos una relación en la que nos entendemos muy bien con las palabras justas y necesarias. Él es el maquinista del tren y yo voy echando el carbón, al igual que todo el equipo, en esta relación cinematográfica.
- ¿Recibisteis clases de conducción temeraria?
Hicimos cursos con especialista y fue súper divertido. Aprendimos a hacer trompos, aprendimos los límites del coche, todo ello te da una seguridad no sólo para la conducción temeraria, sino para cuando también tienes un imprevisto u otro coche hace algo imprevisto. Estos cursos te dan la habilidad para salir de un accidente. Es un conocimiento que mola. Fue muy divertido hacer el macarra con un coche, con libertad, y sin poner en peligro a nadie. Es como un sueño adolescente que cumples ya que esto no lo puedes hacer en ninguna ruta. Fue un gusto poder hacerlo.
- ¿Hay más acción que diálogo en «Combustión»?
La acción esta justificada por la trama. La historia no es historia sin esas carreras, esa velocidad, tiene esos personajes al límite, que les gusta ir deprisa, vivir al límite, sobrevivir. Es una actitud lejana a nosotros, pero válida para ellos.
- ¿Qué te motivo para embarcarte en «Combustión»?
Trabajar con Daniel. Hablamos antes de leer el guión, y yo ya estaba entusiasmado. Que estuviera Álex González también me entusiasmo mucho, pues tenía muchas ganas de trabajar con él. Después cuando leí el guión, y Daniel me dijo que estaba Adriana Ugarte en el proyecto, que la admiro mucho, y también fue otra carta más.
- ¿Qué coches os vamos a ver conducir en «Combustión»?
Álex González lleva un Porsche Panamera turbo que son 500 caballos de 0 a 100 en 4,2 segundos, y yo llevo un maravilla de Porsche que tiene 700 caballos, que es un coche ya peligroso. En segunda y a 3.000 revoluciones ya sale disparado y hay que tener cuidado, si no calculas bien, te estrellas.
- ¿Cómo fue ganar el Goya por «Celda 211»?
Para mí ha sido un golpe de ánimo y a mí me ha traído suerte, no estaba maldito. Ha habido gente que le han dado un Goya y han dejado de trabajar, algo que no se entiende, pues han reconocido tu trabajo previamente. Para mí ha sido muy positivo. Ha sido una gran responsabilidad que yo me he puesto, recibí ese regalo con la responsabilidad de mejor mi trabajo.
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Gracias a nuestro colega Nacho Estrada por la transcripción.
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